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Von der Leyen y Trump se reúnen en Escocia para negociar un acuerdo comercial crucial entre la UE y EE.UU.
La presidenta de la Comisión Europea y el presidente estadounidense sellan un acuerdo que evita la guerra comercial con una nueva reunión en Turnberry.
Publicado: 27 de julio de 2025, 11:45
En un contexto de crecientes tensiones comerciales, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, se reunió con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este domingo en su complejo de golf en Turnberry, Escocia. El encuentro resultó en un acuerdo que establece un arancel del 15% a la mayoría de los productos europeos, en contraposición a la amenaza inicial de Trump de imponer un gravamen del 30% si no se alcanzaba un pacto antes del 1 de agosto. Esta crucial reunión se desarrolló tras meses de discusiones infructuosas y amenazas por parte de Washington, donde Trump había manifestado que había un 50% de posibilidades de lograr un acuerdo.
El acuerdo alcanzado incluye compromisos significativos por parte de la UE, que se ha comprometido a aumentar en 750.000 millones de dólares las compras de energía a Estados Unidos y a realizar una inversión adicional de 600.000 millones de dólares. Según fuentes diplomáticas, se espera que ambos líderes continúen evaluando y trabajando en un compromiso más amplio que podría incluir futuras colaboraciones en otros sectores, como la defensa, dado que se ha vinculado el acuerdo a un aumento del gasto militar en el marco de la OTAN.
La presión en torno al comercio transatlántico se intensifica, dado que Trump ha insistido en que la Unión Europea impone aranceles que perjudican a las exportaciones estadounidenses. A pesar de que la Organización Mundial del Comercio reporta que el promedio de aranceles de la UE sobre productos industriales es del 4,1%, Trump ha declarado que las tasas son injustamente altas, lo cual ha sido un pilar central de su argumento para renegociar las relaciones comerciales con la UE.
En respuesta a la amenaza de aranceles del 30%, Von der Leyen llegó al encuentro apoyada por un paquete de contramedidas que podría ascender a 93.000 millones de euros, ahora desactivadas como parte del acuerdo. Este paquete contemplaba la imposición de tarifas sobre productos estadounidenses si las conversaciones no resultaban fructíferas. Las primeras represalias que estaban previstas para entrar en vigor el 7 de agosto, ya no se aplicarán a raíz del pacto alcanzado. Este avance es crucial no solo para las relaciones comerciales, sino también para el clima político internacional y la economía dependiente de estas interacciones.
Ambos líderes han expresado un optimismo moderado respecto a los futuros desarrollos de este acuerdo, con Von der Leyen subrayando que el pacto brindará "estabilidad y previsibilidad" para las empresas en ambos lados del Atlántico.
El acuerdo alcanzado incluye compromisos significativos por parte de la UE, que se ha comprometido a aumentar en 750.000 millones de dólares las compras de energía a Estados Unidos y a realizar una inversión adicional de 600.000 millones de dólares. Según fuentes diplomáticas, se espera que ambos líderes continúen evaluando y trabajando en un compromiso más amplio que podría incluir futuras colaboraciones en otros sectores, como la defensa, dado que se ha vinculado el acuerdo a un aumento del gasto militar en el marco de la OTAN.
La presión en torno al comercio transatlántico se intensifica, dado que Trump ha insistido en que la Unión Europea impone aranceles que perjudican a las exportaciones estadounidenses. A pesar de que la Organización Mundial del Comercio reporta que el promedio de aranceles de la UE sobre productos industriales es del 4,1%, Trump ha declarado que las tasas son injustamente altas, lo cual ha sido un pilar central de su argumento para renegociar las relaciones comerciales con la UE.
En respuesta a la amenaza de aranceles del 30%, Von der Leyen llegó al encuentro apoyada por un paquete de contramedidas que podría ascender a 93.000 millones de euros, ahora desactivadas como parte del acuerdo. Este paquete contemplaba la imposición de tarifas sobre productos estadounidenses si las conversaciones no resultaban fructíferas. Las primeras represalias que estaban previstas para entrar en vigor el 7 de agosto, ya no se aplicarán a raíz del pacto alcanzado. Este avance es crucial no solo para las relaciones comerciales, sino también para el clima político internacional y la economía dependiente de estas interacciones.
Ambos líderes han expresado un optimismo moderado respecto a los futuros desarrollos de este acuerdo, con Von der Leyen subrayando que el pacto brindará "estabilidad y previsibilidad" para las empresas en ambos lados del Atlántico.