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Virginia Giuffre revela en sus memorias póstumas cómo el príncipe Andrés se sintió con derecho a abusar de ella cuando era menor de edad
La publicación de 'La chica de nadie' profundiza en los encuentros sexuales implicando al duque de York y la red de Epstein.
Publicado: 16 de octubre de 2025, 12:18
Virginia Giuffre, quien se convirtió en un símbolo de la lucha contra el abuso sexual, profundiza en sus memorias póstumas 'La chica de nadie: memorias de una superviviente del abuso y la lucha por la justicia'. En estas páginas, Giuffre narra su experiencia con el príncipe Andrés, describiendo cómo él se comportaba como si 'tener sexo con ella fuera su derecho de nacimiento'. El relato se centra en varios encuentros que tuvieron lugar cuando ella era menor de edad, en el contexto del escándalo por el tráfico de menores de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell.
La primera interacción ocurrió en marzo de 2001, cuando Giuffre tenía 17 años. El príncipe Andrés, de 41 años, mostró interés en ella tras ser presentada por Maxwell. Giuffre relata que Andrés comenzó a massajar sus pies y rápidamente mostró su intención de mantener relaciones sexuales con ella, lo que culminó en la recepción de 15,000 dólares de Epstein. A lo largo de sus memorias, Giuffre menciona otros encuentros que exponen la cultura de impunidad que rodeaba al príncipe Andrés y otros hombres poderosos en relación con su trato hacia las jóvenes.
En su libro, Giuffre describe tres encuentros sexuales con Andrés: en la residencia de Maxwell en Londres, en el apartamento de Epstein en Nueva York y durante una orgía en la isla privada del empresario en las Islas Vírgenes. Ella fue coaccionada por Epstein y Maxwell para mantener esas relaciones. En el primer encuentro en Londres, Giuffre recuerda que el duque de York fue relativamente amable, pero mantenía un aire de privilegio, como si 'tener sexo con ella fuera su derecho de nacimiento'. En el segundo encuentro, Andrés fue descrito como un bailarín torpe y sudoroso en el club nocturno Tramp en Londres, antes de regresar a casa de Maxwell donde finalmente tuvieron relaciones sexuales.
Giuffre también menciona cómo Maxwell hizo que le adivinara la edad y le aseguró que sus hijas eran apenas más jóvenes que ella. Después de sus encuentros, Andrew fue textualmente recompensado con 15,000 dólares por Epstein, lo que Giuffre describe como un doloroso recordatorio de su situación. Virginia Giuffre, que luchó por la justicia, también revela su batalla interna mientras permanecía en este entorno, subrayando que él no era un caso aislado, sino un reflejo de la creencia de muchos hombres en el poder de estar por encima de la ley. Su trágico suicidio el 25 de abril de 2025 deja al mundo con más preguntas sobre cómo estos abusos se perpetúan en silencio.
La primera interacción ocurrió en marzo de 2001, cuando Giuffre tenía 17 años. El príncipe Andrés, de 41 años, mostró interés en ella tras ser presentada por Maxwell. Giuffre relata que Andrés comenzó a massajar sus pies y rápidamente mostró su intención de mantener relaciones sexuales con ella, lo que culminó en la recepción de 15,000 dólares de Epstein. A lo largo de sus memorias, Giuffre menciona otros encuentros que exponen la cultura de impunidad que rodeaba al príncipe Andrés y otros hombres poderosos en relación con su trato hacia las jóvenes.
En su libro, Giuffre describe tres encuentros sexuales con Andrés: en la residencia de Maxwell en Londres, en el apartamento de Epstein en Nueva York y durante una orgía en la isla privada del empresario en las Islas Vírgenes. Ella fue coaccionada por Epstein y Maxwell para mantener esas relaciones. En el primer encuentro en Londres, Giuffre recuerda que el duque de York fue relativamente amable, pero mantenía un aire de privilegio, como si 'tener sexo con ella fuera su derecho de nacimiento'. En el segundo encuentro, Andrés fue descrito como un bailarín torpe y sudoroso en el club nocturno Tramp en Londres, antes de regresar a casa de Maxwell donde finalmente tuvieron relaciones sexuales.
Giuffre también menciona cómo Maxwell hizo que le adivinara la edad y le aseguró que sus hijas eran apenas más jóvenes que ella. Después de sus encuentros, Andrew fue textualmente recompensado con 15,000 dólares por Epstein, lo que Giuffre describe como un doloroso recordatorio de su situación. Virginia Giuffre, que luchó por la justicia, también revela su batalla interna mientras permanecía en este entorno, subrayando que él no era un caso aislado, sino un reflejo de la creencia de muchos hombres en el poder de estar por encima de la ley. Su trágico suicidio el 25 de abril de 2025 deja al mundo con más preguntas sobre cómo estos abusos se perpetúan en silencio.