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Vallecas se moviliza contra la violencia de grupos ultraderechistas en defensa de la vivienda digna

Cientos de vecinos marchan para protestar contra las agresiones de APD Security Iberia y defender su derecho a habitar sus barrios

Publicado: 25 de octubre de 2025, 11:56

El barrio de Vallecas ha sido el escenario de una importante movilización social en respuesta a las agresiones ultraderechistas llevadas a cabo por la empresa APD Security Iberia. El pasado 14 de octubre, un grupo de trabajadores de esta empresa, identificados como vinculados a organizaciones fascistas y neonazis, realizaron un asalto violento al gimnasio popular La Fábrika. Vecinos del barrio se habían congregado para apoyar a un hombre amenazado por estos agresores, quienes regresaron armados con bates, porras extensibles y piedras, causando múltiples daños en las instalaciones del gimnasio. Esto generó indignación en la comunidad, que se unió para protestar.

La marcha, que concluyó en el Estadio del Rayo Vallecano, se caracterizó por sus consignas contra la 'desokupación', considerada una forma de violencia hacia los más vulnerables. Los manifestantes también criticaron el tratamiento mediático que estos incidentes reciben, alegando que algunos medios retratan a los agresores como víctimas, lo que contribuye a normalizar la violencia en contextos de especulación inmobiliaria. Este ambiente de tensión ha impulsado movilizaciones en otras ciudades, subrayando la creciente preocupación por el uso de tácticas privadas de desalojo que operan al margen de la ley y con la complicidad de las fuerzas del orden.

Las denuncias no solo provienen de los afectados directos, sino también de un amplio sector de la sociedad que exige una resolución de la crisis de la vivienda que respete la dignidad humana y evite el terror que soportan muchos inquilinos a raíz de la actividad desokupadora de estas mafias. En sus comunicados, los organizadores de la manifestación han dejado claro que el aumento de estas agresiones representa no solo un ataque a la vivienda digna, sino una normalización del ‘terror inmobiliario’ en el que estas empresas operan sin control judicial.