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Un terremoto de magnitud 8,8 en Kamchatka provoca una alerta de tsunami y evacuaciones masivas en el Pacífico

La furia del seísmo impacta a varios países, generando una ola de evacuaciones y protocolos de emergencia.

Publicado: 31 de julio de 2025, 06:44

El pasado 29 de julio, un potente terremoto de magnitud 8,8 sacudió la península de Kamchatka, Rusia, activando una serie de alertas de tsunami que se extendieron por diversas naciones del océano Pacífico. A una profundidad de 20,7 kilómetros y a 126 kilómetros de Petropávlovsk-Kamchatski, este evento ha sido catalogado como uno de los más intensos en la historia, figurando entre los diez mayores terremotos jamás registrados por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

Según informes, el seísmo generó olas de hasta seis metros en algunas áreas del litoral, afectando especialmente las islas Kuriles, donde la primera ola avanzó 200 metros y las siguientes dañaron infraestructuras portuarias. El impacto del sismo llevó a la activación de alertas que abarcaron desde Japón hasta Chile, colocando a millones de personas en estado de evacuación preventiva. Japón movilizó a aproximadamente 2 millones de ciudadanos, mientras que Chile evacuó a más de 1,4 millones de personas, activando la alerta roja. A pesar de que se esperaban olas significativas, las respuestas ágiles de los gobiernos y los diseños antisísmicos reforzados ayudaron a mitigar el impacto.

Las autoridades japonesas desactivaron las alertas de tsunami en su litoral el 31 de julio, tras informes de olas de hasta 1,3 metros en Iwate y 80 centímetros en Hokkaido. Sin embargo, continúan recomendando precaución en algunas áreas afectadas. Aunque muchos países han logrado recuperar la calma, en Centroamérica y Suramérica, especialmente en Perú y Colombia, se mantienen alertas por posibles réplicas y olas subsecuentes, intensificando sus operaciones de emergencia y permaneciendo atentos a las directrices oficiales. En Chile, la alerta roja fue cancelada para algunas regiones, mientras que se mantuvo en el borde costero donde aún se estiman posibles olas de hasta 2,3 metros. Además, en Ecuador, el Parque Nacional Galápagos cerró temporalmente sus sitios de visita en áreas protegidas debido a la amenaza de tsunami, registrando olas de 1,04 metros en Baltra y 0,4 metros en Santa Cruz.

Además, el terremoto ha generado preocupación no solo por el impacto en las infraestructuras civiles, sino también por su proximidad a la base de submarinos nucleares rusos en la Bahía de Avacha, lo que ha aumentado la inquietud sobre posibles daños. La rápida activación de protocolos de alerta, en tan solo 10 minutos por parte de la ONU, se valoró como crucial para salvar vidas en la región. Las autoridades han detectado más de 125 réplicas del terremoto, incluyendo un segundo temblor de magnitud 6,2 que se produjo horas después del evento inicial. A pesar de las inquietantes magnitudes, los informes iniciales desde Rusia indican que no se han registrado víctimas fatales, gracias a la preparación y reacción eficiente ante el desastre.