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Un ex eurodiputado británico del partido de Farage condenado a más de diez años de prisión por aceptar sobornos de Rusia
Nathan Gill fue sentenciado por favorecer los intereses rusos en el Parlamento Europeo, desatando cuestionamientos sobre la relación entre su partido y el Kremlin.
Publicado: 21 de noviembre de 2025, 20:11
Nathan Gill, ex eurodiputado británico y líder del partido Reform UK en Gales, ha sido condenado a diez años y medio de prisión por aceptar sobornos con el propósito de promover los intereses rusos en el Parlamento Europeo. Esta sentencia, dictada por el Tribunal Penal Central de Inglaterra, se basa en la admisión de culpabilidad de Gill en ocho cargos de soborno. Durante el juicio, la jueza Bobbie Cheema-Grubb enfatizó que el comportamiento delictivo de Gill no solo afectó su honor personal, sino que también erosionó la confianza en las instituciones democráticas.
La investigación sobre Gill fue impulsada tras la intervención del FBI, que interceptó comunicaciones entre él y Oleg Voloshyn, un político ucraniano vinculado al Kremlin. Según los fiscales, Gill recibió más de 45.000 euros en sobornos entre 2018 y 2019 para hacer declaraciones favorables a Rusia, alineándose con la narrativa del Kremlin en el contexto de la invasión a Ucrania. La condena de Gill ha reavivado cuestionamientos sobre la lealtad de Nigel Farage ante el Kremlin, ya que ha sido criticado por sus comentarios favorables hacia Putin.
El caso ha impactado negativamente la imagen del partido Reform UK y ha llevado al Partido Laborista a exigir una investigación sobre Gill y sus relaciones con figuras rusas. Las acciones de Gill han desatado un clima de preocupación en cuanto a la influencia extranjera en la política británica, generando desconfianza en los representantes electos en el Reino Unido.
La investigación sobre Gill fue impulsada tras la intervención del FBI, que interceptó comunicaciones entre él y Oleg Voloshyn, un político ucraniano vinculado al Kremlin. Según los fiscales, Gill recibió más de 45.000 euros en sobornos entre 2018 y 2019 para hacer declaraciones favorables a Rusia, alineándose con la narrativa del Kremlin en el contexto de la invasión a Ucrania. La condena de Gill ha reavivado cuestionamientos sobre la lealtad de Nigel Farage ante el Kremlin, ya que ha sido criticado por sus comentarios favorables hacia Putin.
El caso ha impactado negativamente la imagen del partido Reform UK y ha llevado al Partido Laborista a exigir una investigación sobre Gill y sus relaciones con figuras rusas. Las acciones de Gill han desatado un clima de preocupación en cuanto a la influencia extranjera en la política británica, generando desconfianza en los representantes electos en el Reino Unido.