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Un estudio destaca las graves consecuencias de la reciente ola de calor en Madrid y Barcelona: miles de muertes atribuidas al cambio climático
La ola de calor que afectó a Europa a finales de junio provocó más de 2.300 muertes en 12 grandes ciudades, con un impacto significativo en las capitales españolas.
Publicado: 9 de julio de 2025, 07:01
Un reciente estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres y la London School of Hygiene & Tropical Medicine ha revelado que la ola de calor que afectó a Europa entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025 dejó un saldo alarmante de más de 2.300 muertes en 12 grandes ciudades, de las cuales Madrid y Barcelona fueron las más afectadas. Estas capitales españolas registraron un total de 458 muertes, de las cuales 340 casos ocurrieron en Barcelona y 118 en Madrid; los datos indican que alrededor de 286 de estas muertes en Barcelona y 108 en Madrid son atribuibles al cambio climático. Según un análisis del Grantham Institute, uno de los informes más recientes, un asombroso 92% de las muertes en Madrid fueron consecuencia directa del calentamiento global, mientras que para Barcelona el porcentaje fue del 84%.
El estudio destaca cómo el cambio climático ha hecho que las olas de calor sean más frecuentes e intensas. Los investigadores utilizan modelos computacionales para estimar las defunciones, ya que muchas de ellas no se registran oficialmente como muertes por calor. La demografía de las víctimas muestra que el 88% de las muertes atribuibles al cambio climático se produjeron en personas mayores de 65 años, lo que subraya la necesidad de implementar estrategias adecuadas de prevención y mitigación. A medida que las condiciones climáticas extremas continúan aumentando, los expertos hacen un llamado a la acción para abordar las causas del cambio climático, como la quema de combustibles fósiles.
El informe también señala que el cambio climático provocado por el ser humano triplicó el número estimado de muertes relacionadas con el calor en las 12 ciudades analizadas, y algunos investigadores advierten que las muertes por calor son conocidas como "asesinos silenciosos". Esto es porque muchas muertes pasan desapercibidas en los registros oficiales. Además, la investigación advierte que las olas de calor tempranas tienden a ser más mortales porque las personas aún no están aclimatadas a las temperaturas extremas. Los científicos concluyen que 1.504 muertes son atribuibles directamente al cambio climático durante este evento, lo que enfatiza la extrema vulnerabilidad a eventos de calor en las regiones más afectadas. Sin decisiones significativas para mitigar sus efectos, la ola de calor de 2025 puede ser solo un indicativo de lo que se puede esperar en el futuro.
El estudio destaca cómo el cambio climático ha hecho que las olas de calor sean más frecuentes e intensas. Los investigadores utilizan modelos computacionales para estimar las defunciones, ya que muchas de ellas no se registran oficialmente como muertes por calor. La demografía de las víctimas muestra que el 88% de las muertes atribuibles al cambio climático se produjeron en personas mayores de 65 años, lo que subraya la necesidad de implementar estrategias adecuadas de prevención y mitigación. A medida que las condiciones climáticas extremas continúan aumentando, los expertos hacen un llamado a la acción para abordar las causas del cambio climático, como la quema de combustibles fósiles.
El informe también señala que el cambio climático provocado por el ser humano triplicó el número estimado de muertes relacionadas con el calor en las 12 ciudades analizadas, y algunos investigadores advierten que las muertes por calor son conocidas como "asesinos silenciosos". Esto es porque muchas muertes pasan desapercibidas en los registros oficiales. Además, la investigación advierte que las olas de calor tempranas tienden a ser más mortales porque las personas aún no están aclimatadas a las temperaturas extremas. Los científicos concluyen que 1.504 muertes son atribuibles directamente al cambio climático durante este evento, lo que enfatiza la extrema vulnerabilidad a eventos de calor en las regiones más afectadas. Sin decisiones significativas para mitigar sus efectos, la ola de calor de 2025 puede ser solo un indicativo de lo que se puede esperar en el futuro.