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Un año de la desaparición y asesinato de cuatro niños en Ecuador: en busca de justicia y verdad
Un año después de la tragedia, familiares y la comunidad siguen exigiendo justicia mientras avanza el juicio contra 17 militares.
Publicado: 10 de diciembre de 2025, 17:07
En un luctuoso aniversario, la comunidad de Las Malvinas, en Guayaquil, recuerda con dolor la desaparición forzada y posterior asesinato de Nehemías, Steven, Ismael y Josué, cuatro menores que fueron interceptados por militares el 8 de diciembre de 2024, mientras regresaban de jugar fútbol. Este trágico evento ha conmocionado a toda Ecuador, generando movilizaciones para exigir justicia. Los padres y vecinos se unieron en una emotiva marcha, recordando a los niños y reclamando justicia, con la esperanza de que la verdad salga a la luz.
La marcha fue un momento de dolor y rabia, con los familiares detallando el arduo camino hacia la justicia, marcado por el silencio de las autoridades y la dificultad de aceptar la verdad, que estuvo envuelta en intentos de encubrimiento. Se informó que los militares, bajo la alerta de un robo, secuestraron a los niños y los torturaron antes de ser asesinados. Con el juicio en curso, se han presentado pruebas que contradicen la versión inicial de los uniformados, aumentando la presión sobre el gobierno y el sistema judicial para hacer justicia.
El caso ha alcanzado instancias internacionales, aumentando el escrutinio de organismos de derechos humanos sobre el manejo del caso. Las familias continúan asistiendo al juicio con la esperanza de que los testimonios y pruebas presentados resulten en condenas adecuadas y en la revelación de la verdad necesaria para sanar sus heridas.
La marcha fue un momento de dolor y rabia, con los familiares detallando el arduo camino hacia la justicia, marcado por el silencio de las autoridades y la dificultad de aceptar la verdad, que estuvo envuelta en intentos de encubrimiento. Se informó que los militares, bajo la alerta de un robo, secuestraron a los niños y los torturaron antes de ser asesinados. Con el juicio en curso, se han presentado pruebas que contradicen la versión inicial de los uniformados, aumentando la presión sobre el gobierno y el sistema judicial para hacer justicia.
El caso ha alcanzado instancias internacionales, aumentando el escrutinio de organismos de derechos humanos sobre el manejo del caso. Las familias continúan asistiendo al juicio con la esperanza de que los testimonios y pruebas presentados resulten en condenas adecuadas y en la revelación de la verdad necesaria para sanar sus heridas.