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Ucrania intensifica su ofensiva contra la flota fantasma rusa, atacando buques en el mar Negro y aguas senegalesas
La estrategia ucraniana se expande a nuevas regiones mientras Beijing condena las operaciones en el mar Negro.
Publicado: 5 de diciembre de 2025, 12:17
En la guerra entre Ucrania y Rusia, el conflicto ha escalado hacia un nuevo nivel con recientes ataques a buques vinculados a la flota fantasma rusa, esenciales para la exportación de petróleo y la evación de sanciones. En los últimos días, las fuerzas ucranianas han llevado a cabo acciones significativas contra estos cargueros, enfocándose en desmantelar la infraestructura que sostiene la economía de guerra de Moscú.
El primer incidente ocurrió en el mar Negro, donde Ucrania lanzó un ataque exitoso contra dos cargueros, el Kairos y el Virat, usando drones navales. Estos buques, que se encontraban en listas de sanciones, sufrieron graves daños. A pesar de las condenas, la acción de Ucrania representa un claro intento de debilitar los ingresos energéticos que alimentan las actividades bélicas rusas.
En un segundo desarrollo, un petrolero turco, el Mersin, vinculado a intereses rusos, fue atacado frente a Senegal, indicando una expansión del conflicto. Aunque Ucrania no ha reivindicado el ataque, se alinea con la lógica de la guerra económica, donde cualquier barco que transporta petróleo ruso es considerado un objetivo legítimo. Estos incidentes reflejan la continuidad de las acciones ucranianas para impactar en la economía rusa, no solo en su mar, sino también en aguas internacionales.
El primer incidente ocurrió en el mar Negro, donde Ucrania lanzó un ataque exitoso contra dos cargueros, el Kairos y el Virat, usando drones navales. Estos buques, que se encontraban en listas de sanciones, sufrieron graves daños. A pesar de las condenas, la acción de Ucrania representa un claro intento de debilitar los ingresos energéticos que alimentan las actividades bélicas rusas.
En un segundo desarrollo, un petrolero turco, el Mersin, vinculado a intereses rusos, fue atacado frente a Senegal, indicando una expansión del conflicto. Aunque Ucrania no ha reivindicado el ataque, se alinea con la lógica de la guerra económica, donde cualquier barco que transporta petróleo ruso es considerado un objetivo legítimo. Estos incidentes reflejan la continuidad de las acciones ucranianas para impactar en la economía rusa, no solo en su mar, sino también en aguas internacionales.