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Ucrania intensifica esfuerzos contra la estrategia rusa en el cielo, a la vez que reporta la resistencia interna y nuevas pérdidas para el ejército ruso.
Drones interceptores y la destrucción de un caza ruso marcan un nuevo capítulo en el conflicto entre Ucrania y Rusia.
Publicado: 26 de julio de 2025, 19:17
En el contexto de la guerra entre Ucrania y Rusia, la jornada del 26 de julio de 2025 fue testigo de eventos significativos que subrayan la dinámica de este conflicto en curso. La inteligencia ucraniana reportó la destrucción de un caza ruso Su-27UB en el aeródromo ‘Armavir’, en la región de Krasnodar, evidenciando la resistencia interna al régimen del Kremlin.
Este ataque contribuye a una serie de incidentes recientes en instalaciones militares rusas y podría afectar la formación de pilotos rusos. Al mismo tiempo, tanto Ucrania como Rusia han emitido declaraciones contradictorias sobre el avance de los combates, reflejando tácticas comunicativas para mantener la moral de sus tropas.
La batalla moderna también ha visto un incremento en el uso de drones, con Ucrania apostando por la producción de drones interceptores para responder a los drones kamikaze de Rusia. Recientemente, se ha destacado que la batalla más actual se libra en el cielo de ciudades como Kiev, donde los habitantes enfrentan el constante zumbido de drones, muchos de los cuales han sido mejorados por las fuerzas rusas para hacerlos más destructivos y difíciles de interceptar. Esta adaptación tecnológica es crucial en el contexto actual, donde la Fundación Serhiy Prytula ha comenzado a movilizar recursos para fabricar drones interceptores a una escala industrial, lo que podría cambiar las dinámicas de defensa aérea en Ucrania.
Además, según informes, Rusia ha comenzado a implementar tácticas de interceptación de drones que han sido copiadas de las innovaciones ucranianas, reconociendo la efectividad de estas estrategias de combate. Las fuerzas rusas afirman haber derribado decenas de vehículos aéreos no tripulados ucranianos utilizando sistemas adaptados que reflejan las tácticas desarrolladas por Ucrania en los primeros meses del conflicto. Esta evolución táctica resalta cómo ambos bandos continúan adaptando sus estrategias en respuesta a los desarrollos del campo de batalla, consolidando la guerra de drones como componente central de las operaciones militares modernas.
Este ataque contribuye a una serie de incidentes recientes en instalaciones militares rusas y podría afectar la formación de pilotos rusos. Al mismo tiempo, tanto Ucrania como Rusia han emitido declaraciones contradictorias sobre el avance de los combates, reflejando tácticas comunicativas para mantener la moral de sus tropas.
La batalla moderna también ha visto un incremento en el uso de drones, con Ucrania apostando por la producción de drones interceptores para responder a los drones kamikaze de Rusia. Recientemente, se ha destacado que la batalla más actual se libra en el cielo de ciudades como Kiev, donde los habitantes enfrentan el constante zumbido de drones, muchos de los cuales han sido mejorados por las fuerzas rusas para hacerlos más destructivos y difíciles de interceptar. Esta adaptación tecnológica es crucial en el contexto actual, donde la Fundación Serhiy Prytula ha comenzado a movilizar recursos para fabricar drones interceptores a una escala industrial, lo que podría cambiar las dinámicas de defensa aérea en Ucrania.
Además, según informes, Rusia ha comenzado a implementar tácticas de interceptación de drones que han sido copiadas de las innovaciones ucranianas, reconociendo la efectividad de estas estrategias de combate. Las fuerzas rusas afirman haber derribado decenas de vehículos aéreos no tripulados ucranianos utilizando sistemas adaptados que reflejan las tácticas desarrolladas por Ucrania en los primeros meses del conflicto. Esta evolución táctica resalta cómo ambos bandos continúan adaptando sus estrategias en respuesta a los desarrollos del campo de batalla, consolidando la guerra de drones como componente central de las operaciones militares modernas.