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Suicidio de paciente psiquiátrica en el Hospital de Terrassa revela grave crisis en el sistema de salud mental

La falta de camas y el tiempo de espera en urgencias agravan la situación de salud mental en Cataluña.

Publicado: 5 de septiembre de 2025, 12:49

El 22 de agosto, una paciente con un trastorno psiquiátrico grave se suicidó en un box de urgencias del Hospital Universitario de Terrassa, donde había permanecido esperando más de 48 horas para ser ingresada en la unidad de psiquiatría. Este trágico evento ha puesto de manifiesto la crisis que atraviesa el sistema de salud mental en Cataluña, marcada por una crónica falta de camas y recursos. Según el comité de empresa del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST), en este verano ha habido un incremento alarmante en el número de pacientes psiquiátricos esperando en urgencias, llegando a registrar hasta 19 pacientes en esas condiciones en un solo momento. Xavier Lleonart, presidente del comité de empresa del CST, indicó que los pacientes psiquiátricos deben esperar entre tres y cinco semanas para ser admitidos, lo que llevó a situaciones críticas.

El Consorcio Sanitario ha confirmado que la muerte de la paciente está en fase de análisis por parte del Comité de Calidad y Seguridad del Paciente. En este contexto, el Hospital Universitario de Terrassa, que cuenta actualmente con solo 16 camas de psiquiatría, había proyectado habilitar ocho camas adicionales que finalmente no se llevaron a cabo debido a la falta de financiación del CatSalut. Sin embargo, el departamento de Salud ha limitado la información mientras se investiga. El Comité de Negocios del CST ya había advertido sobre la saturación del servicio de urgencias y la imposibilidad de garantizar un entorno seguro para aquellos con problemas de salud mental, evidenciando una falta crónica de camas en psiquiatría.

A solo tres días del suicidio, un segundo paciente psiquiátrico se fugó del hospital mientras aguardaba atención en urgencias, lo que subraya aún más las deficiencias en el servicio. El director del servicio de urgencias envió un correo advirtiendo que estaban en una situación crítica y que la seguridad de los pacientes estaba en riesgo, pero no se tomaron medidas al respecto. Esta situación ha llevado a un creciente clamor por recursos y atención ante una crisis estructural en la sanidad pública en Cataluña, especialmente en salud mental. La falta de recursos y de profesionales en el área ha empeorado la capacidad del sistema para atender a estos pacientes desde la etapa post-pandemia, creando una sensación de desesperación entre los trabajadores de salud. El suicidio de esta paciente no es un caso aislado, sino un reflejo de los problemas más amplios que enfrentan los servicios de salud mental en la región.