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Seis hombres condenados a penas de prisión por violación grupal en Rubí con indemnización a la víctima.

Los acusados aceptan penas de dos a diez años de cárcel tras reconocer su culpabilidad y indemnizar a la víctima.

Publicado: 16 de octubre de 2025, 12:12

En un caso alarmante de agresión sexual, seis jóvenes han sido condenados a penas de prisión que oscilan entre dos y diez años por agredir sexualmente en grupo a una chica en una nave industrial abandonada de Rubí, Barcelona, durante la noche de Navidad de 2022. Los acusados aceptaron un acuerdo de culpabilidad, lo que permitió una rápida resolución del juicio y la indemnización a la joven con 30.000 euros.

El tribunal impuso penas que incluyen die diez años de prisión para dos de los acusados por agresión sexual con penetración, así como otros términos de libertad vigilada. Estos dos también recibirán una orden de alejamiento de 1.000 metros durante 10 años y se les ha inhabilitado de cualquier trabajo que implique contacto con menores por 20 años. Otros dos acusados fueron condenados a 9 años de prisión y los dos últimos a 2 años por tentativa de agresión sexual. Además, todos los acusados indemnizarán a la víctima con 30.000 euros, aunque la Fiscalía había solicitado inicialmente una indemnización de 80.000 euros por los daños.

La víctima, una joven con discapacidad intelectual, sufre de estrés postraumático debido a la agresión, lo que ha reabierto el debate sobre la justicia en delitos sexuales y la necesidad de una mayor protección para víctimas en situaciones vulnerables. Críticos señalaron que la cantidad de la indemnización es insuficiente en comparación con el daño sufrido. El juicio y el acuerdo reflejan una intención de evitar la revictimización de la joven, aunque la gravedad del caso plantea serias preocupaciones sobre el tratamiento de las víctimas en el sistema judicial. En el momento de la agresión, los acusados tenían entre 19 y 26 años y uno de ellos tenía una relación previa con la víctima. Según el relato de los hechos, la chica, que había sido recogida con el pretexto de fumar y beber, había dejado claro que no quería tener relaciones sexuales. Sin embargo, los acusados se habían puesto de acuerdo previamente para agredirla, creando "un clima de sometimiento que llegó a anular la capacidad de reacción" de la víctima. A raíz de estos hechos, la joven ahora sufre un síndrome de estrés postraumático con ideas de muerte y autolisis.