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Red Eléctrica advierte sobre el riesgo inminente de un nuevo apagón y solicita medidas urgentes
Variaciones bruscas en la tensión del sistema eléctrico podrían desestabilizar el suministro, tras el apagón de abril pasado.
Publicado: 9 de octubre de 2025, 07:05
La Red Eléctrica de España (REE) ha emitido una alerta sobre un posible apagón inminente debido a variaciones bruscas de tensión detectadas en el sistema eléctrico durante las últimas dos semanas. Esta advertencia ha sido formalizada en un documento enviado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el cual se solicita la aprobación de modificaciones urgentes en los procedimientos operativos del sistema eléctrico español.
REE ha indicado que, aunque las tensiones se han mantenido dentro de los márgenes establecidos, las variaciones detectadas podrían desencadenar desconexiones de demanda y generación que amenazan la estabilidad del suministro eléctrico. La situación es particularmente crítica tras el apagón masivo que ocurrió el 28 de abril de 2025, el cual dejó a toda España sin electricidad debido a una serie de eventos interrelacionados que ocasionaron un colapso en la red eléctrica.
El operador ha atribuido las fluctuaciones a cambios bruscos en los programas de producción, especialmente en la generación renovable, y a la lentitud de respuesta de las unidades encargadas del control dinámico de tensión. En su documento, REE detalla la necesidad de aprobar medidas que incluyen la modificación temporal de procesos operativos específicos, tales como las restricciones técnicas y la regulación secundaria, para manejar mejor la inestabilidad actual. También se contempla elevar a audiencia pública estas modificaciones, lo que permitiría establecer protocolos adicionales que ayuden a equilibrar la energía en tiempo real.
En este contexto, red elèctrica enfatiza que, a pesar de que su reciente declaración sobre un riesgo de apagón ha sido matizada, todavía hay preocupaciones sobre la inestabilidad del sistema. REE ha manifestado que no hay un riesgo "inminente ni generalizado", pero considera que es imprescindible reforzar el sistema para evitar futuros problemas. Este cambio de percepción se produce tras críticas del sector y la creciente presión para abordar los desafíos del suministro eléctrico, especialmente con el aumento de la dependencia de fuentes renovables.
Además, el sector eléctrico ha manifestado su preocupación por la reciente orden de REE que obliga a las plantas renovables a reducir sus capacidades de respuesta ante picos de demanda, lo que podría causar pérdidas significativas para los generadores de energía renovable. Este cambio ha suscitado críticas y ha sido descrito como una medida brusca por parte de las asociaciones del sector, que advierten sobre un parón inminente en las inversiones en energías renovables. Las empresas han señalado que esta reglamentación puede afectar gravemente a la producción y estabilidad financiera de la energía eólica y solar en España.
En respuesta a estos desafíos, el debate sobre la dependencia del país en energías renovables versus fuentes más estables, como la energía nuclear, ha resurgido con fuerza. Los expertos analizan si el modelo energético actual es lo suficientemente robusto para garantizar la seguridad del suministro frente a la inevitable transición hacia un modelo más verde pero potencialmente más vulnerable. Las implicaciones de estas dinámicas son profundas y podrían afectar el futuro del suministro eléctrico en todo el país.
REE ha indicado que, aunque las tensiones se han mantenido dentro de los márgenes establecidos, las variaciones detectadas podrían desencadenar desconexiones de demanda y generación que amenazan la estabilidad del suministro eléctrico. La situación es particularmente crítica tras el apagón masivo que ocurrió el 28 de abril de 2025, el cual dejó a toda España sin electricidad debido a una serie de eventos interrelacionados que ocasionaron un colapso en la red eléctrica.
El operador ha atribuido las fluctuaciones a cambios bruscos en los programas de producción, especialmente en la generación renovable, y a la lentitud de respuesta de las unidades encargadas del control dinámico de tensión. En su documento, REE detalla la necesidad de aprobar medidas que incluyen la modificación temporal de procesos operativos específicos, tales como las restricciones técnicas y la regulación secundaria, para manejar mejor la inestabilidad actual. También se contempla elevar a audiencia pública estas modificaciones, lo que permitiría establecer protocolos adicionales que ayuden a equilibrar la energía en tiempo real.
En este contexto, red elèctrica enfatiza que, a pesar de que su reciente declaración sobre un riesgo de apagón ha sido matizada, todavía hay preocupaciones sobre la inestabilidad del sistema. REE ha manifestado que no hay un riesgo "inminente ni generalizado", pero considera que es imprescindible reforzar el sistema para evitar futuros problemas. Este cambio de percepción se produce tras críticas del sector y la creciente presión para abordar los desafíos del suministro eléctrico, especialmente con el aumento de la dependencia de fuentes renovables.
Además, el sector eléctrico ha manifestado su preocupación por la reciente orden de REE que obliga a las plantas renovables a reducir sus capacidades de respuesta ante picos de demanda, lo que podría causar pérdidas significativas para los generadores de energía renovable. Este cambio ha suscitado críticas y ha sido descrito como una medida brusca por parte de las asociaciones del sector, que advierten sobre un parón inminente en las inversiones en energías renovables. Las empresas han señalado que esta reglamentación puede afectar gravemente a la producción y estabilidad financiera de la energía eólica y solar en España.
En respuesta a estos desafíos, el debate sobre la dependencia del país en energías renovables versus fuentes más estables, como la energía nuclear, ha resurgido con fuerza. Los expertos analizan si el modelo energético actual es lo suficientemente robusto para garantizar la seguridad del suministro frente a la inevitable transición hacia un modelo más verde pero potencialmente más vulnerable. Las implicaciones de estas dinámicas son profundas y podrían afectar el futuro del suministro eléctrico en todo el país.