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Reacciones del PP y Vox tras el asesinato de Charlie Kirk: crítica a la izquierda y recuerdos de contradicciones pasadas
Dinámicas políticas en torno a la violencia en la esfera pública tras el asesinato en Estados Unidos.
Publicado: 11 de septiembre de 2025, 19:48
El reciente asesinato de Charlie Kirk, un comentarista conservador y figura afín a Donald Trump, en Utah ha provocado un intenso debate político en España. Las reacciones del PP y Vox, así como del presidente estadounidense Donald Trump, han centrado sus críticas en la izquierda, acusándola de fomentar un clima de violencia política. Sin embargo, esta postura es controvertida dado que el PP, en 2007, no condenó el asesinato de Carlos Palomino, un joven apuñalado por un ultraderechista, lo que ha generado un debate sobre la coherencia de sus acciones actuales.
La primera respuesta notable provino de Miguel Tellado, secretario general del PP, quien llamó la atención sobre la violencia política y su relación con la polarización. Tellado se planteó retóricamente: “¿Qué pasaría en España si una persona de ultraderecha asesinara a tiros a un activista de izquierdas?” Esta pregunta ha suscitado indignación en redes sociales, recordando a las víctimas de la violencia ultraderechista en España, como Carlos Palomino y Guillem Agulló, y señala la hipocresía en el discurso del PP, que a menudo ignora estas realidades.
Por su parte, Vox ha intensificado sus críticas hacia la izquierda, señalando una supuesta cultura violenta dentro de la política de izquierdas, subrayando que el asesinato de Kirk evidencia las consecuencias de deshumanizar e estigmatizar ideas políticas diferentes. Ignacio Garriga, secretario general de Vox, ha afirmado que "la izquierda más ultra de occidente gobierna en España" y que el silencio ante la barbarie alimenta la crisis de violencia. A su vez, el PSOE ha condenado el asesinato de Kirk, destacando la importancia de evitar discursos que puedan fomentar la violencia.
El contraste entre la crítica actual del PP y su pasado ha suscitado acusaciones de hipocresía, complicando la narrativa que buscan establecer. La discusión sobre la legitimación de la violencia en el discurso político y las responsabilidades de los partidos ante tal fenómeno continúa siendo un tema de relevancia en la sociedad española. En Estados Unidos, Trump y sus aliados han utilizado el asesinato de Kirk para acusar a la izquierda de ser responsable de la violencia, señalando que “la violencia es la trágica consecuencia de demonizar a quienes discrepan”. Su discurso ha sido amplificado por figuras prominentes del movimiento MAGA, que claman por una “guerra” contra la izquierda, intensificando aún más las tensiones políticas en ambos países. Trump prometió encontrar a todos aquellos que contribuyeron a la violencia política y ha disparado un discurso que exacerba la polarización, tanto en EE.UU. como en Europa. El aumento del odio hacia la izquierda se ha hecho visible en reacciones rápidas y enérgicas que suman a los partidos políticos y líderes de opinión a la ola de polarización que se avizora inevitable.
La primera respuesta notable provino de Miguel Tellado, secretario general del PP, quien llamó la atención sobre la violencia política y su relación con la polarización. Tellado se planteó retóricamente: “¿Qué pasaría en España si una persona de ultraderecha asesinara a tiros a un activista de izquierdas?” Esta pregunta ha suscitado indignación en redes sociales, recordando a las víctimas de la violencia ultraderechista en España, como Carlos Palomino y Guillem Agulló, y señala la hipocresía en el discurso del PP, que a menudo ignora estas realidades.
Por su parte, Vox ha intensificado sus críticas hacia la izquierda, señalando una supuesta cultura violenta dentro de la política de izquierdas, subrayando que el asesinato de Kirk evidencia las consecuencias de deshumanizar e estigmatizar ideas políticas diferentes. Ignacio Garriga, secretario general de Vox, ha afirmado que "la izquierda más ultra de occidente gobierna en España" y que el silencio ante la barbarie alimenta la crisis de violencia. A su vez, el PSOE ha condenado el asesinato de Kirk, destacando la importancia de evitar discursos que puedan fomentar la violencia.
El contraste entre la crítica actual del PP y su pasado ha suscitado acusaciones de hipocresía, complicando la narrativa que buscan establecer. La discusión sobre la legitimación de la violencia en el discurso político y las responsabilidades de los partidos ante tal fenómeno continúa siendo un tema de relevancia en la sociedad española. En Estados Unidos, Trump y sus aliados han utilizado el asesinato de Kirk para acusar a la izquierda de ser responsable de la violencia, señalando que “la violencia es la trágica consecuencia de demonizar a quienes discrepan”. Su discurso ha sido amplificado por figuras prominentes del movimiento MAGA, que claman por una “guerra” contra la izquierda, intensificando aún más las tensiones políticas en ambos países. Trump prometió encontrar a todos aquellos que contribuyeron a la violencia política y ha disparado un discurso que exacerba la polarización, tanto en EE.UU. como en Europa. El aumento del odio hacia la izquierda se ha hecho visible en reacciones rápidas y enérgicas que suman a los partidos políticos y líderes de opinión a la ola de polarización que se avizora inevitable.