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Preocupante hallazgo de un almacén clandestino con alimentos en mal estado cerca de Santiago
Una operación conjunta revela condiciones higiénico-sanitarias deficientes y manipulación de etiquetas en un local destinado a la hostelería
Publicado: 16 de abril de 2025, 17:45
En un hallazgo alarmante, agentes del Seprona y técnicos de la Consellería de Sanidade desmantelaron un almacén clandestino en la provincia de A Coruña, cerca de Santiago de Compostela, que almacenaba grandes cantidades de alimentos en condiciones deplorables. Este operativo, denominado 'Operación Mofo', se inició el 11 de febrero tras recibir avisos sobre la posible existencia de un establecimiento que operaba al margen de la ley.
Las inspecciones realizadas revelaron una situación crítica: el local, que no contaba con las correspondientes inscripciones en el Rexistro Xeral Sanitario de Empresas Alimentarias e Alimentos, mostraba evidentes signos de suciedad y una alarmante falta de higiene. Las paredes y los suelos estaban cubiertos de moho y óxido, mientras que en estanterías y cámaras frigoríficas se encontraron productos cárnicos en estado de descomposición, mezclados con otros en buen estado.
Además de la contaminación física de los alimentos, los inspectores encontraron herramientas que permitían la manipulación de etiquetas y fechas de caducidad. Este descubrimiento plantea serias preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en la región, dado que se posibilitaba la alteración de la información crítica para el consumidor. La gravedad de las condiciones en las que se almacenaban los alimentos llevó a la decisión de precintar el almacén y clasificar los productos hallados como no aptos para el consumo.
Las inspecciones realizadas revelaron una situación crítica: el local, que no contaba con las correspondientes inscripciones en el Rexistro Xeral Sanitario de Empresas Alimentarias e Alimentos, mostraba evidentes signos de suciedad y una alarmante falta de higiene. Las paredes y los suelos estaban cubiertos de moho y óxido, mientras que en estanterías y cámaras frigoríficas se encontraron productos cárnicos en estado de descomposición, mezclados con otros en buen estado.
Además de la contaminación física de los alimentos, los inspectores encontraron herramientas que permitían la manipulación de etiquetas y fechas de caducidad. Este descubrimiento plantea serias preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en la región, dado que se posibilitaba la alteración de la información crítica para el consumidor. La gravedad de las condiciones en las que se almacenaban los alimentos llevó a la decisión de precintar el almacén y clasificar los productos hallados como no aptos para el consumo.