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Polonia restablece controles fronterizos con Alemania y Lituania en medio de tensiones migratorias y políticas internas

Ante la creciente inquietud por la inmigración ilegal, el gobierno polaco implanta medidas temporales que desafían el sistema Schengen

Publicado: 7 de julio de 2025, 19:30

Polonia ha decidido reactivar los controles fronterizos con Alemania y Lituania comenzando desde el 7 de julio de 2025. Esta medida, anunciada por el primer ministro Donald Tusk, responde al aumento de la inmigración irregular y se produce en un contexto de tensiones crecientes con Berlín sobre cómo gestionar a los inmigrantes que cruzan estas fronteras.
Esta decisión ha sido admitida por Tusk como una violación de una de las piedras angulares de la Unión Europea, al reconocer que la Guardia Fronteriza tiene la misión de bloquear la migración injustificada desde el lado alemán. Se ha desplegado un total de 800 policías y 700 militares en las fronteras, vigilando especialmente los vehículos y aumentando la vigilancia debido al endurecimiento de los controles ya establecidos por Alemania en los últimos años.
La política migratoria también ha intensificado la polarización interna en Polonia, con el surgimiento de grupos ultranacionalistas que organizan patrullas en la frontera. En este sentido, la extrema derecha polaca ha intensificado su discurso antiinmigración, y las autoproclamadas "patrullas patrióticas" intentan bloquear el retorno de migrantes desde Alemania, lo que ha suscitado un debate crítico sobre el manejo de la inmigración y el impacto en las relaciones bilaterales con Alemania.
La reactivación de estos controles ha suscitado preocupaciones acerca del futuro del espacio Schengen, ya que se suman a medidas similares adoptadas por Bélgica y los Países Bajos, lo que complica aún más el panorama de libre circulación en Europa. La situación actual refleja no solo preocupaciones prácticas sobre la inmigración, sino también un entorno político interno volátil y un desafío a la unidad europea. Las comunidades fronterizas, como Slubice y Frankfurt del Oder, también están sintiendo el impacto de estas decisiones, con temores sobre el regreso a una era de controles estrictos que amenazan la cooperación y las relaciones entre los ciudadanos de ambos lados de la frontera.