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Palestinos e israelíes patean la cabeza de Netanyahu en una protesta artística frente a la ONU para denunciar el genocidio en Gaza
La acción organizada por el colectivo INDECLINE y el artista Eugenio Merino busca visibilizar la falta de representación palestina en la Asamblea de la ONU y criticar el papel de Israel.
Publicado: 8 de septiembre de 2025, 19:27
En un evento que ha captado la atención internacional, un grupo de activistas, tanto judíos como palestinos, se unieron para jugar un partido de fútbol único en su tipo, utilizando una cabeza hiperrealista del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como balón. Esta acción artística, titulada 'Freedom Kick', tuvo lugar frente a la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York el 7 de septiembre de 2025, buscando condenar el genocidio en Gaza y denunciar la ausencia de una representación palestina.
El artista Eugenio Merino ha explicado que el objetivo de esta performance es cuestionar la pasividad de la comunidad internacional frente a las políticas de Israel y generar un diálogo sobre los derechos humanos en Gaza. La acción fue acompañada de un mensaje claro sobre la crítica hacia las estructuras de poder que perpetúan injusticias. Merino y el colectivo INDECLINE enfatizan que los derechos humanos deben ser una preocupación colectiva, con la esperanza de que el arte pueda ser un catalizador para generar conciencia y empoderar a la población.
La performance fue recibida con reacciones mixtas, y aunque criticada por algunos como provocadora, los organizadores defienden que el arte debe seguir siendo un vehículo para la protesta social. La acción culminó con la donación de la cabeza de Netanyahu al Museo del Genocidio Palestino, simbolizando un acto de resistencia frente a la opresión y una forma de preservar la memoria histórica de la lucha palestina.
El artista Eugenio Merino ha explicado que el objetivo de esta performance es cuestionar la pasividad de la comunidad internacional frente a las políticas de Israel y generar un diálogo sobre los derechos humanos en Gaza. La acción fue acompañada de un mensaje claro sobre la crítica hacia las estructuras de poder que perpetúan injusticias. Merino y el colectivo INDECLINE enfatizan que los derechos humanos deben ser una preocupación colectiva, con la esperanza de que el arte pueda ser un catalizador para generar conciencia y empoderar a la población.
La performance fue recibida con reacciones mixtas, y aunque criticada por algunos como provocadora, los organizadores defienden que el arte debe seguir siendo un vehículo para la protesta social. La acción culminó con la donación de la cabeza de Netanyahu al Museo del Genocidio Palestino, simbolizando un acto de resistencia frente a la opresión y una forma de preservar la memoria histórica de la lucha palestina.