Progresista 60%Conservador 40%
Noruega se prepara para elecciones reñidas entre el bloque de centro-izquierda y la ultraderecha con el futuro del impuesto a la riqueza en juego
Los socialdemócratas buscan revalidar su mandato mientras la oposición de derecha busca una victoria histórica.
Publicado: 8 de septiembre de 2025, 06:38
Este lunes, Noruega celebra unas elecciones generales que prometen ser de extremo reñimiento, donde el bloque de centro-izquierda liderado por el primer ministro Jonas Gahr Støre busca afianzar su posición, mientras que la ultraderecha, representada por el Partido del Progreso (FRP) y su líder Sylvi Listhaug, pretende sobrepasar a los conservadores como la principal fuerza de derechas.
Las últimas encuestas indican que el bloque socialdemócrata podría obtener una ligera ventaja, con proyecciones que les otorgan alrededor de 91 escaños, mientras que el bloque de derechas se quedaría con 78. Sin embargo, los sondeos también revelan que la competencia interna dentro de la oposición es fuerte, con el FRP posicionándose como la segunda fuerza más votada, por delante del Partido Conservador. El verdadero desafío radica en la incertidumbre de cuántos votos recibirán los pequeños partidos, que podrían ser cruciales para determinar la composición final del Storting, el parlamento noruego.
Uno de los temas más polémicos de la campaña ha sido el "impuesto a la riqueza", vigente en Noruega desde hace más de un siglo. Mientras que el gobierno socialdemócrata defiende mantener este gravamen argumentando que es una herramienta esencial para combatir la desigualdad, la oposición sostiene que suprimirlo sería beneficioso para los empresarios y la economía en general. Durante la campaña, Listhaug ha prometido eliminar este impuesto, lo que ha resonado particularmente entre los jóvenes votantes, aunque muchos de ellos no son contribuyentes de este gravamen. A medida que se aproxima el cierre de la jornada electoral, las expectativas son altas, y los resultados preliminares se darán a conocer el martes, abriendo la puerta a semanas de negociaciones sobre posibles coaliciones.
El regreso de Jens Stoltenberg a la política noruega ha otorgado un nuevo impulso a los socialdemócratas, al ser visto como un salvador que puede llevar a cabo cambios significativos en medio de la inestabilidad global. Se espera también que temas como el costo de la vida, la inflación y la pandemia de coronavirus, que han afectado la opinión pública, tengan un peso notable en los resultados electorales. Los analistas advierten que el desenlace final podría depender de los resultados de los partidos más pequeños, lo que añade un nivel adicional de incertidumbre a las elecciones.
Las últimas encuestas indican que el bloque socialdemócrata podría obtener una ligera ventaja, con proyecciones que les otorgan alrededor de 91 escaños, mientras que el bloque de derechas se quedaría con 78. Sin embargo, los sondeos también revelan que la competencia interna dentro de la oposición es fuerte, con el FRP posicionándose como la segunda fuerza más votada, por delante del Partido Conservador. El verdadero desafío radica en la incertidumbre de cuántos votos recibirán los pequeños partidos, que podrían ser cruciales para determinar la composición final del Storting, el parlamento noruego.
Uno de los temas más polémicos de la campaña ha sido el "impuesto a la riqueza", vigente en Noruega desde hace más de un siglo. Mientras que el gobierno socialdemócrata defiende mantener este gravamen argumentando que es una herramienta esencial para combatir la desigualdad, la oposición sostiene que suprimirlo sería beneficioso para los empresarios y la economía en general. Durante la campaña, Listhaug ha prometido eliminar este impuesto, lo que ha resonado particularmente entre los jóvenes votantes, aunque muchos de ellos no son contribuyentes de este gravamen. A medida que se aproxima el cierre de la jornada electoral, las expectativas son altas, y los resultados preliminares se darán a conocer el martes, abriendo la puerta a semanas de negociaciones sobre posibles coaliciones.
El regreso de Jens Stoltenberg a la política noruega ha otorgado un nuevo impulso a los socialdemócratas, al ser visto como un salvador que puede llevar a cabo cambios significativos en medio de la inestabilidad global. Se espera también que temas como el costo de la vida, la inflación y la pandemia de coronavirus, que han afectado la opinión pública, tengan un peso notable en los resultados electorales. Los analistas advierten que el desenlace final podría depender de los resultados de los partidos más pequeños, lo que añade un nivel adicional de incertidumbre a las elecciones.