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Nace Thaddeus Daniel Pierce, el bebé más viejo del mundo a partir de un embrión congelado hace más de 30 años
Este hito científico desafía lo conocido sobre la fecundación in vitro y la viabilidad de embriones criopreservados.
Publicado: 31 de julio de 2025, 19:29
El nacimiento de Thaddeus Daniel Pierce, un bebé en Ohio, Estados Unidos, ha generado una gran atención en el ámbito de la medicina reproductiva. Nacido el 26 de julio de 2025, Thaddeus es conocido como el 'bebé más viejo' del mundo, ya que su embrión fue congelado hace más de 30 años, exactamente en 1994. Las implicaciones de este hecho son tanto científicas como humanas, dado que marca un hito en los límites de la fecundación in vitro (FIV).
La historia de Thaddeus comienza con su madre biológica, Linda Archerd, quien, tras varios intentos fallidos de concebir, decidió emprender un tratamiento de FIV. Con el tiempo, Linda se separó de su pareja y decidió que quería que sus embriones tuvieran una oportunidad de vida a través de la adopción. Cansada de mantener la congelación de los embriones, optó por donarlos a una agencia de adopción, resultando en que Lindsy y Tim Pierce adoptaran uno de ellos tras varios años de intentar ser padres.
Este nacimiento no solo ha llevado sorpresa y alegría a la familia Pierce, sino que también ha suscitado un profundo interés en la comunidad científica, al evidenciar la viabilidad de embriones criopreservados por tanto tiempo. El caso de Thaddeus plantea cuestiones éticas y legales sobre la adopción de embriones y muestra que, con avances científicos, es posible superar barreras temporales que antes se consideraban insuperables.
La historia de Thaddeus comienza con su madre biológica, Linda Archerd, quien, tras varios intentos fallidos de concebir, decidió emprender un tratamiento de FIV. Con el tiempo, Linda se separó de su pareja y decidió que quería que sus embriones tuvieran una oportunidad de vida a través de la adopción. Cansada de mantener la congelación de los embriones, optó por donarlos a una agencia de adopción, resultando en que Lindsy y Tim Pierce adoptaran uno de ellos tras varios años de intentar ser padres.
Este nacimiento no solo ha llevado sorpresa y alegría a la familia Pierce, sino que también ha suscitado un profundo interés en la comunidad científica, al evidenciar la viabilidad de embriones criopreservados por tanto tiempo. El caso de Thaddeus plantea cuestiones éticas y legales sobre la adopción de embriones y muestra que, con avances científicos, es posible superar barreras temporales que antes se consideraban insuperables.