Progresista 85.33%Conservador 14.67%
Multitudinaria marcha del Orgullo en Budapest desafía al gobierno de Orbán y promueve la defensa de los derechos LGTBIQ+
A pesar de la prohibición, cientos de miles de personas se manifiestan por la libertad y los derechos humanos en la capital húngara.
Publicado: 29 de junio de 2025, 12:13
El pasado sábado, la marcha del Orgullo LGTBIQ+ en Budapest reunió a unas 200.000 personas, a pesar de la prohibición del primer ministro Viktor Orbán. Este evento ha sido calificado como la más masiva en tres décadas y simboliza la resistencia frente a un gobierno que ha implementado reformas restrictivas hacia la comunidad LGTBIQ+.
Con un ambiente festivo y de unidad, se estima que asistieron entre 300.000 y 400.000 personas, incluyendo líderes políticos europeos y figuras destacadas del Gobierno español. Los participantes portaron banderas y pancartas en apoyo a los derechos humanos, resaltando la importancia del evento en un contexto de retroceso de derechos civiles en Hungría. A pesar de los intentos de bloqueo por parte de ultraderechistas y las advertencias legales de Orbán, la marcha transcurrió sin incidentes significativos, reafirmando el desafío a las políticas represivas del gobierno.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, calificó el evento de "repulsivo y vergonzoso", asegurando que fue ordenado desde Bruselas y promovido por una oposición "títere". En su crítica, Orbán condenó elementos del desfile, como los espectáculos de drag queens y la distribución de folletos sobre terapias hormonales, acusando a los participantes de llevar a cabo una propaganda que cuestiona los valores húngaros. Sin embargo, muchos asistentes argumentaron que la marcha no solo celebró la diversidad, sino que también fue un acto combativo en defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos.
La marcha no solo sirvió para visibilizar la comunidad LGTBIQ+, sino que se configuró como un acto contra la narrativa gubernamental de Orbán, quien ha implementado una serie de reformas que limitan la libertad de reunión y expresión de esta comunidad. A medida que las festividades transcurrían, el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, expresó su apoyo, señalando que "Budapest se ha convertido en la capital de Europa" en materia de derechos humanos. Decenas de eurodiputados también asistieron al evento, manifestando su solidaridad con la lucha por los derechos de la comunidad LGTBIQ+ en Hungría.
A pesar de la prohibición oficial, la multitud logró hacerse sentir en toda la ciudad, atravesando puentes y llenando las calles con un mensaje claro: la lucha por los derechos LGTBIQ+ continúa a pesar de las advertencias y políticas restrictivas del gobierno de Orbán.
Con un ambiente festivo y de unidad, se estima que asistieron entre 300.000 y 400.000 personas, incluyendo líderes políticos europeos y figuras destacadas del Gobierno español. Los participantes portaron banderas y pancartas en apoyo a los derechos humanos, resaltando la importancia del evento en un contexto de retroceso de derechos civiles en Hungría. A pesar de los intentos de bloqueo por parte de ultraderechistas y las advertencias legales de Orbán, la marcha transcurrió sin incidentes significativos, reafirmando el desafío a las políticas represivas del gobierno.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, calificó el evento de "repulsivo y vergonzoso", asegurando que fue ordenado desde Bruselas y promovido por una oposición "títere". En su crítica, Orbán condenó elementos del desfile, como los espectáculos de drag queens y la distribución de folletos sobre terapias hormonales, acusando a los participantes de llevar a cabo una propaganda que cuestiona los valores húngaros. Sin embargo, muchos asistentes argumentaron que la marcha no solo celebró la diversidad, sino que también fue un acto combativo en defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos.
La marcha no solo sirvió para visibilizar la comunidad LGTBIQ+, sino que se configuró como un acto contra la narrativa gubernamental de Orbán, quien ha implementado una serie de reformas que limitan la libertad de reunión y expresión de esta comunidad. A medida que las festividades transcurrían, el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, expresó su apoyo, señalando que "Budapest se ha convertido en la capital de Europa" en materia de derechos humanos. Decenas de eurodiputados también asistieron al evento, manifestando su solidaridad con la lucha por los derechos de la comunidad LGTBIQ+ en Hungría.
A pesar de la prohibición oficial, la multitud logró hacerse sentir en toda la ciudad, atravesando puentes y llenando las calles con un mensaje claro: la lucha por los derechos LGTBIQ+ continúa a pesar de las advertencias y políticas restrictivas del gobierno de Orbán.