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Muere Arturo San Agustín, cronista crítico y escritor influyente de Barcelona, reconocido por su estilo único y contribuciones literarias.
Su legado abarca tanto el periodismo como la literatura, destacándose por su mirada crítica sobre la sociedad barcelonesa.
Publicado: 26 de junio de 2025, 13:10
La ciudad de Barcelona se despide de Arturo San Agustín, un emblemático periodista y escritor, quien falleció recientemente a los 76 años. San Agustín, nacido en 1949 en el barrio del Poblenou, fue reconocido no solo por su aguda visión crítica sobre la vida urbana, sino también por su habilidad para combinar el periodismo con la narrativa literaria. A lo largo de su carrera, San Agustín colaboró con varios medios de comunicación, y su voz resonó en publicaciones como "La Vanguardia", "El Periódico" y "El Mundo", donde sus crónicas reflejaron su preocupación por los cambios sociales de Barcelona. Asimismo, fue un notable experto vaticanista, aspecto que se volvió un sello distintivo de su obra periodística.
Además de su trabajo en prensa, San Agustín fue autor de diversas obras, destacando "El robot que crea en Dios" y "Cuando se jodió el nuestro". Su legado ha sido reconocido con premios, como el Premio Ciudad de Barcelona de periodismo en 1999, lo que subraya su compromiso con la verdad y el periodismo de calidad. Su pasión por Barcelona y su historia se refleja en títulos como "La noche que quemaron a la mendiga" y "La niña del Leopoldo: una crónica de Barcelona", donde mostró su conexión personal y crítica con la ciudad.
Arturo San Agustín deja tras de sí una huella imborrable en el panorama cultural de Barcelona, y su habilidad para interpelar al lector y su ironía juguetona son rasgos que permanecerán en la memoria colectiva de quienes siguieron sus crónicas a lo largo de las décadas. Su muerte ha sido lamentada en el ámbito literario y periodístico, donde es recordado como un gran cronista y observador de la vida barcelonesa, quien supo captar tanto las luces como las sombras de su entorno.
Además de su trabajo en prensa, San Agustín fue autor de diversas obras, destacando "El robot que crea en Dios" y "Cuando se jodió el nuestro". Su legado ha sido reconocido con premios, como el Premio Ciudad de Barcelona de periodismo en 1999, lo que subraya su compromiso con la verdad y el periodismo de calidad. Su pasión por Barcelona y su historia se refleja en títulos como "La noche que quemaron a la mendiga" y "La niña del Leopoldo: una crónica de Barcelona", donde mostró su conexión personal y crítica con la ciudad.
Arturo San Agustín deja tras de sí una huella imborrable en el panorama cultural de Barcelona, y su habilidad para interpelar al lector y su ironía juguetona son rasgos que permanecerán en la memoria colectiva de quienes siguieron sus crónicas a lo largo de las décadas. Su muerte ha sido lamentada en el ámbito literario y periodístico, donde es recordado como un gran cronista y observador de la vida barcelonesa, quien supo captar tanto las luces como las sombras de su entorno.