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Mark Rutte se refiere a Donald Trump como "papi", generando risas y críticas sobre la posición de Europa ante EE.UU.
La cumbre de la OTAN en La Haya se convierte en el escenario de una disputa simbólica entre el secretario general y el presidente estadounidense.
Publicado: 26 de junio de 2025, 12:54
Durante la reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, el nuevo secretario general, Mark Rutte, se refirió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, usando el término "papi" en un comentario que ha desatado tanto risas como críticas. Rutte mencionó que "papi" debe a veces usar un lenguaje fuerte para resolver disputas, refiriéndose al conflicto entre Israel e Irán. Este momento se volvió viral, especialmente después de que Trump lo interpretara como un signo de cercanía.
Trump, al confirmar la anécdota en una rueda de prensa, expresó que se sintió halagado por el comentario, quien además utilizó el término "daddy" para describir su papel de mediador en la situación compleja entre los países en conflicto. Sin embargo, más allá de las interpretaciones humorísticas, el término ha generado un intenso debate sobre lo que muchos ven como una posible sumisión de la Europa ante la figura de Trump, así como sobre la autonomía política de Europa frente a las demandas de Washington.
Esta situación ha trascendido la anécdota para discutir sobre el futuro de Europa en el tablero global: ¿permanecerán los líderes europeos aplaudiendo y adaptándose a la figura de Trump o buscarán construir una Europa que hable con su propia voz? La respuesta a esta pregunta podría definir la dinámica de poder en la región durante los próximos años.
Trump, al confirmar la anécdota en una rueda de prensa, expresó que se sintió halagado por el comentario, quien además utilizó el término "daddy" para describir su papel de mediador en la situación compleja entre los países en conflicto. Sin embargo, más allá de las interpretaciones humorísticas, el término ha generado un intenso debate sobre lo que muchos ven como una posible sumisión de la Europa ante la figura de Trump, así como sobre la autonomía política de Europa frente a las demandas de Washington.
Esta situación ha trascendido la anécdota para discutir sobre el futuro de Europa en el tablero global: ¿permanecerán los líderes europeos aplaudiendo y adaptándose a la figura de Trump o buscarán construir una Europa que hable con su propia voz? La respuesta a esta pregunta podría definir la dinámica de poder en la región durante los próximos años.