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Mark Bray, historiador y experto en antifascismo, se exilia en España por amenazas tras críticas a Trump y su retórica extremista
Bray, autor de 'Antifa', dejó EE.UU. por la violencia verbal y amenazas del trumpismo; reflexiona sobre el estado de la democracia y la resistencia necesaria.
Publicado: 14 de octubre de 2025, 06:42
El historiador y profesor Mark Bray, conocido por su libro "Antifa", ha tomado la difícil decisión de abandonar Estados Unidos y establecerse en España tras recibir amenazas de muerte relacionadas con su trabajo crítico hacia la administración de Donald Trump. Bray, que ha sido señalado por la extrema derecha estadounidense, ha explicado que la gota que colmó el vaso fueron las amenazas recibidas tras el asesinato de Charlie Kirk, un activista de derecha. Desde que Trump asumió su presidencia, la polarización política en EE.UU. se ha intensificado, especialmente hacia los académicos y críticos del gobierno.
Bray menciona que ha vivido con un creciente temor y que la seguridad de su familia fue la razón definitiva para huir, describiendo la experiencia de decirles a sus hijos que tenían que irse de EE.UU. para investigar en España. Reflexiona sobre la declaración de Trump que declaró a Antifa como una organización terrorista, argumentando que es un intento de demonizar la disidencia y crear un enemigo interno, fomentando un ambiente hostil para académicos y progresistas.
A pesar de estar lejos de EE.UU., Bray se siente obligado a continuar su lucha por la justicia y el antifascismo. Hace un llamado a la resistencia social en una nación que enfrenta un resurgimiento de ideologías autoritarias, destacando la creciente necesidad de movilización y unidad contra lo que percibe como planes fascistas que amenazan la democracia.
Bray menciona que ha vivido con un creciente temor y que la seguridad de su familia fue la razón definitiva para huir, describiendo la experiencia de decirles a sus hijos que tenían que irse de EE.UU. para investigar en España. Reflexiona sobre la declaración de Trump que declaró a Antifa como una organización terrorista, argumentando que es un intento de demonizar la disidencia y crear un enemigo interno, fomentando un ambiente hostil para académicos y progresistas.
A pesar de estar lejos de EE.UU., Bray se siente obligado a continuar su lucha por la justicia y el antifascismo. Hace un llamado a la resistencia social en una nación que enfrenta un resurgimiento de ideologías autoritarias, destacando la creciente necesidad de movilización y unidad contra lo que percibe como planes fascistas que amenazan la democracia.