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Luxemburgo celebra la abdicación de Enrique y la proclamación de Guillermo como nuevo gran duque en una histórica ceremonia pública
La ceremonia de traspaso de la corona ha sido un evento significativo para el pequeño país europeo, simbolizando una nueva era de liderazgo.
Publicado: 3 de octubre de 2025, 12:38
El 3 de octubre de 2025, Luxemburgo vivió un día histórico con la abdicación del gran duque Enrique tras 25 años en el trono, lo que dio paso al ascenso de su hijo, Guillermo, como nuevo gran duque. La ceremonia, que tuvo lugar en el Palacio Gran Ducal, reunió a familiares, políticos y miembros de casas reales europeas, destacando la importancia de la continuidad dinástica.
Enrique, de 70 años, dejó el trono con el apoyo de sus cinco hijos y dignatarios internacionales. Guillermo juró como nuevo jefe de Estado ante la Cámara de Diputados, donde fue aclamado por la multitud. El primer ministro Luc Frieden elogió el legado de Enrique y Guillermo se comprometió a ser un líder que evoluciona con los tiempos, abordando temas como la inteligencia artificial y el voluntariado.
Las celebraciones incluyeron saludos desde el balcón del Palacio Gran Ducal, donde la familia real recibió el apoyo de los ciudadanos luxemburgueses. Este acto reflejó los lazos históricos entre las casas reales de Europa y marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Luxemburgo, enfocándose en la apertura y diversidad.
Enrique, de 70 años, dejó el trono con el apoyo de sus cinco hijos y dignatarios internacionales. Guillermo juró como nuevo jefe de Estado ante la Cámara de Diputados, donde fue aclamado por la multitud. El primer ministro Luc Frieden elogió el legado de Enrique y Guillermo se comprometió a ser un líder que evoluciona con los tiempos, abordando temas como la inteligencia artificial y el voluntariado.
Las celebraciones incluyeron saludos desde el balcón del Palacio Gran Ducal, donde la familia real recibió el apoyo de los ciudadanos luxemburgueses. Este acto reflejó los lazos históricos entre las casas reales de Europa y marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Luxemburgo, enfocándose en la apertura y diversidad.