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Los incendios forestales en España evidencian 60 años de abandono rural y la necesidad de una gestión sostenible de los montes
Expertos y ecologistas instan a replantear las políticas forestales para evitar desastres y fomentar la biodiversidad en el territorio.
Publicado: 3 de septiembre de 2025, 06:56
En los últimos años, los incendios forestales en España han aumentado debido al abandono rural y la gestión ineficaz de recursos naturales, consumiendo más de 400.000 hectáreas en lo que va de 2025. La ola de incendios de este verano ha supuesto que España registre su peor temporada de incendios forestales en más de tres décadas. Esta situación exige un cambio en las políticas ambientales y en el uso del suelo para evitar la despoblación y la vulnerabilidad a los incendios.
Desde la década de los sesenta, el abandono de montes y áreas de cultivo ha llevado a la formación de bosques densos y plantaciones de eucalipto, aumentando el riesgo de incendios. Un cóctel de sequía, olas de calor, mala gestión, abandono e intereses económicos ha devastado comarcas y ecosistemas enteros. Aunque se invierte más en la extinción de incendios, es crucial destinar recursos a la prevención y a una gestión forestal más sostenible, incorporando prácticas que combinen diferentes usos del suelo y busquen convivir con los incendios de manera efectiva.
Además, la desinformación sobre la gestión forestal complica la comunicación con el público, al criticar erróneamente las restricciones ecologistas en lugar de abordar la falta de intervención que ha contribuido a la gravedad de la situación. Gráficos recientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico muestran la evolución de las hectáreas quemadas y la inversión en prevención, resaltando la importância de un enfoque más efectivo en la gestión de los recursos naturales. La historia de abandono en el campo debe ser una lección para avanzar hacia un futuro más sostenible, priorizando la preservación de ecosistemas y el uso responsable de la tierra.
Desde la década de los sesenta, el abandono de montes y áreas de cultivo ha llevado a la formación de bosques densos y plantaciones de eucalipto, aumentando el riesgo de incendios. Un cóctel de sequía, olas de calor, mala gestión, abandono e intereses económicos ha devastado comarcas y ecosistemas enteros. Aunque se invierte más en la extinción de incendios, es crucial destinar recursos a la prevención y a una gestión forestal más sostenible, incorporando prácticas que combinen diferentes usos del suelo y busquen convivir con los incendios de manera efectiva.
Además, la desinformación sobre la gestión forestal complica la comunicación con el público, al criticar erróneamente las restricciones ecologistas en lugar de abordar la falta de intervención que ha contribuido a la gravedad de la situación. Gráficos recientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico muestran la evolución de las hectáreas quemadas y la inversión en prevención, resaltando la importância de un enfoque más efectivo en la gestión de los recursos naturales. La historia de abandono en el campo debe ser una lección para avanzar hacia un futuro más sostenible, priorizando la preservación de ecosistemas y el uso responsable de la tierra.