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Latinoamérica y España muestran diferentes trayectorias de crecimiento económico en medio de incertidumbres comerciales globales.
La Cepal proyecta un crecimiento moderado en América Latina, mientras España lidera el crecimiento del sector privado europeo gracias a su economía interna.
Publicado: 5 de agosto de 2025, 19:42
En un contexto de tensiones comerciales globales, la Cepal ha proyectado un crecimiento del 2,2 % para América Latina en 2025, un aumento modesto debido a los desafíos como la guerra comercial de Estados Unidos y su impacto en la demanda externa. La región ha experimentado una desaceleración económica con un crecimiento promedio del 1,2 % entre 2016 y 2025, mientras que países como Argentina, Panamá y Paraguay se perfilan como líderes en este crecimiento. Sin embargo, las desigualdades y la baja inversión siguen siendo obstáculos para el desarrollo económico a largo plazo.
En España, el Índice PMI Compuesto ha mostrado un crecimiento continuo en el sector privado, alcanzando 54,7 puntos en julio. A pesar de las amenazas comerciales y la incertidumbre sobre un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea, el crecimiento del sector servicios se ha visto impulsado por la demanda interna. Las expectativas económicas para España son positivas a corto plazo, en contraste con los retos que enfrenta la economía latinoamericana.
Ambos contextos muestran la fragilidad del crecimiento ante tensiones comerciales, con preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo. A pesar de la mejora en España, la falta de dinamismo en la demanda externa podría limitar el potencial de expansión en ambos mercados en los próximos años.
En España, el Índice PMI Compuesto ha mostrado un crecimiento continuo en el sector privado, alcanzando 54,7 puntos en julio. A pesar de las amenazas comerciales y la incertidumbre sobre un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea, el crecimiento del sector servicios se ha visto impulsado por la demanda interna. Las expectativas económicas para España son positivas a corto plazo, en contraste con los retos que enfrenta la economía latinoamericana.
Ambos contextos muestran la fragilidad del crecimiento ante tensiones comerciales, con preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo. A pesar de la mejora en España, la falta de dinamismo en la demanda externa podría limitar el potencial de expansión en ambos mercados en los próximos años.