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Las protestas contra la política migratoria de Trump se expanden en Estados Unidos con militarización y reacciones de líderes locales

Miles de personas se manifiestan contra las redadas migratorias y el despliegue militar en Los Ángeles y otras ciudades del país.

Publicado: 12 de junio de 2025, 04:57

Las protestas contra la política migratoria del presidente Donald Trump han estallado en Los Ángeles y se han esparcido a otras ciudades de Estados Unidos, lo que ha generado una crisis tanto social como política. Tras el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional y marines en la segunda ciudad más poblada del país, decenas de miles de personas han salido a las calles para mostrar su rechazo a las redadas migratorias que han llevado temor a muchas comunidades.

Desde el inicio de las redadas, la ciudad de Los Ángeles ha visto días intensos de protestas, en el contexto de una escalada de tensión política y social a nivel nacional, lo que ha llevado a la alcaldesa Karen Bass a instaurar un toque de queda nocturno para calmar los disturbios generados. Durante las manifestaciones, muchas de ellas pacíficas pero acompañadas de incidentes, los ciudadanos han levantado sus voces exigiendo el fin de las políticas de inmigración consideradas agresivas. La Casa Blanca ha informado que ya se han detenido a 330 personas sin papeles en Los Ángeles desde que estallaron las protestas el 6 de junio, con detenciones incluso en iglesias y parques infantiles. Recientemente, el presidente Trump ha reconocido que su política migratoria ha tenido consecuencias negativas para sectores como el agrícola y la hostelería, afirmando que “está eliminando trabajadores muy buenos y con mucha experiencia, cuyos puestos son casi imposibles de reemplazar”.

La respuesta del gobierno ante el caos ha sido la militarización de la ciudad, destacando que esta medida es necesaria para controlar lo que ellos denominan 'insurrección'. A medida que más de 4,700 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines están en el terreno, la administración Trump busca dar un mensaje directo a los manifestantes sobre la severidad de su respuesta, mientras las comunidades luchan por sus derechos frente a las políticas del presidente. Las protestas han recibido eco en ciudades como Nueva York, Chicago y más de 24 ciudades en todo el país, donde se han convocado amenazas de militarización y se han reportado actos de violencia aislada. También se ha generado un efecto contagio, con movilizaciones convocadas en San Antonio, Spokane y otras ciudades, aumentando la presión sobre la administración.

El despliegue militar ha sido calificado de “militarización sin precedentes” por parte del gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha dicho que se busca impedir judicialmente la participación de las tropas federales en detenciones. Sin embargo, la Casa Blanca continúa justificando este despliegue como una medida necesaria para controlar la situación, mientras múltiples arrestos y acusaciones contra sospechosos de vandalismo relacionados con las manifestaciones han sido anunciados por la Justicia estadounidense.