Progresista 30%Conservador 70%
Las elecciones en Honduras atraviesan una crisis de conteo con acusaciones de irregularidades y liderato incierto entre candidatos
La apretada carrera electoral entre Nasry Asfura y Salvador Nasralla sigue marcada por problemas técnicos en el escrutinio y demandas de transparencia.
Publicado: 12 de diciembre de 2025, 03:12
Las elecciones presidenciales en Honduras, realizadas el 30 de noviembre de 2025, están sumidas en la incertidumbre. Con el conteo de votos paralizado más de una semana después de la votación debido a fallos técnicos en el sistema del Consejo Nacional Electoral (CNE), han surgido acusaciones de fraude y demandas para un recuento exhaustivo. Hasta ahora, Nasry Asfura lidera las votaciones con el 40,52% de los votos, seguido de Salvador Nasralla y Rixi Moncada. Sin embargo, las inconsistencias en más de 2.700 actas mantienen en suspense el resultado definitivo.
El CNE ha culpado a fallos técnicos por el retraso, pero estas explicaciones han generado desconfianza. Observadores y candidatos han exigido transparencia, manifestando preocupaciones sobre la alta tasa de votos nulos y las irregularidades en las actas. Manuel Zelaya ha afirmado que, según su conteo, Nasralla sería el verdadero vencedor, incrementando la tensión. La situación es compleja, con un creciente descontento entre los hondureños por la falta de información clara y la Misión de Observación Electoral de la OEA instando a las partes a respetar los procedimientos.
A medida que las denuncias y la búsqueda de claridad aumentan, el proceso electoral de Honduras enfrenta desafíos significativos que podrían redefinir su futuro político, especialmente si se requiere un nuevo escrutinio ante las crecientes preocupaciones de la ciudadanía.
El CNE ha culpado a fallos técnicos por el retraso, pero estas explicaciones han generado desconfianza. Observadores y candidatos han exigido transparencia, manifestando preocupaciones sobre la alta tasa de votos nulos y las irregularidades en las actas. Manuel Zelaya ha afirmado que, según su conteo, Nasralla sería el verdadero vencedor, incrementando la tensión. La situación es compleja, con un creciente descontento entre los hondureños por la falta de información clara y la Misión de Observación Electoral de la OEA instando a las partes a respetar los procedimientos.
A medida que las denuncias y la búsqueda de claridad aumentan, el proceso electoral de Honduras enfrenta desafíos significativos que podrían redefinir su futuro político, especialmente si se requiere un nuevo escrutinio ante las crecientes preocupaciones de la ciudadanía.