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Las dificultades de las personas desalojadas del B9 en Badalona: viviendo bajo un puente en medio de la crisis invernal
Organizaciones y vecinos se movilizan para ayudar a quienes enfrentan una situación desesperada tras el desalojo.
Publicado: 31 de diciembre de 2025, 12:32
En Badalona, una cincuentena de personas desalojadas del antiguo Instituto B9 se encuentran actualmente acampando bajo el puente de la carretera C-31, enfrentando condiciones inhumanas que incluyen lluvia y frío. Diez días después del desalojo, estas personas han sido dejadas a su suerte, en una situación de vulnerabilidad que ha hecho que asociaciones sociales y algunos vecinos mobilicen esfuerzos para proporcionarles alimentos y ropa de abrigo.
El desalojo se llevó a cabo por orden judicial a mediados de diciembre, generando una crisis humanitaria en la que muchas de las 181 personas evacuadas no encontraron un lugar donde quedarse. De acuerdo con fuentes de la Generalitat, unas 153 personas han sido realojadas en instalaciones fuera del municipio, pero muchos otros permanecen refugiados bajo el puente, donde las temperaturas han llegado a bajar a 8 grados. A pesar de que el gobierno ha implementado un operativo para asistir a estas familias, hay un sentimiento generalizado de insuficiencia en la respuesta, ya que muchos temen permanecer más tiempo en la calle.
Complicando aún más la situación, varios vecinos se han opuesto a iniciativas que pretendían ofrecer refugio a los desalojados. La gestión del desalojo ha sido objeto de denuncias y críticas tanto de partidos de oposición como de organizaciones civiles. Mientras tanto, entidades como Cruz Roja y Cáritas continúan trabajando para ofrecer asistencia, pero el futuro de muchos continúa incierto en medio del frío invierno y la falta de recursos adecuados.
El desalojo se llevó a cabo por orden judicial a mediados de diciembre, generando una crisis humanitaria en la que muchas de las 181 personas evacuadas no encontraron un lugar donde quedarse. De acuerdo con fuentes de la Generalitat, unas 153 personas han sido realojadas en instalaciones fuera del municipio, pero muchos otros permanecen refugiados bajo el puente, donde las temperaturas han llegado a bajar a 8 grados. A pesar de que el gobierno ha implementado un operativo para asistir a estas familias, hay un sentimiento generalizado de insuficiencia en la respuesta, ya que muchos temen permanecer más tiempo en la calle.
Complicando aún más la situación, varios vecinos se han opuesto a iniciativas que pretendían ofrecer refugio a los desalojados. La gestión del desalojo ha sido objeto de denuncias y críticas tanto de partidos de oposición como de organizaciones civiles. Mientras tanto, entidades como Cruz Roja y Cáritas continúan trabajando para ofrecer asistencia, pero el futuro de muchos continúa incierto en medio del frío invierno y la falta de recursos adecuados.