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La Vuelta Ciclista a España se ve interrumpida por protestas masivas contra la participación del equipo Israel-Premier Tech
Las movilizaciones propalestinas generan tensiones en la competición y llevan a la suspensión de etapas, con reacciones políticas encontradas.
Publicado: 4 de septiembre de 2025, 20:00
La Vuelta Ciclista a España ha estado marcada por intensas protestas propalestinas, especialmente en la etapa que culminaba en Bilbao, donde la participación del equipo Israel-Premier Tech ha desatado un torrente de reacciones en torno a la presencia de la selección israelí en el evento deportivo. El miércoles, una multitud de manifestantes se congregó en las calles bilbaínas, armados con banderas palestinas y carteles que denunciaban la situación en Gaza, lo que llevó a los organizadores de la carrera a suspender la llegada a meta a solo tres kilómetros del final, alegando motivos de seguridad.
Los organizadores de la Vuelta cancelaron el final de la etapa en Bilbao, indicando que se tomarían los tiempos de competición a tres kilómetros de la línea de meta, lo que significa que no se declararía un ganador de la etapa y se otorgarían puntos únicamente en otras categorías. Esta decisión se tomó tras una serie de previas protestas que señalaban la presencia del equipo israelí en la competición como un acto de "blanqueo" de la política israelí en un contexto de conflicto. La situación fue tensa, pues algunos ciclistas han expresado temor por su seguridad debido a las manifestaciones, que se tornaron masivas y, en algunos casos, desbordaron a las fuerzas de seguridad.
El viernes 5 de septiembre, nuevas protestas marcaron la salida de la décimotercera etapa en Cabezón de la Sal, donde los manifestantes exigieron la expulsión del equipo israelí de la competición. Durante esta jornada, se escucharon gritos de “Israel genocida” y se levantaron banderas palestinas, en una cacerolada organizada que resonó en el ambiente. El director del equipo Israel-Premier Tech, Óscar Guerrero, reiteró que el grupo no tiene intención de abandonar la carrera, a pesar del rechazo social que enfrentan. Las protestas ya se han convertido en un fenómeno sostenible a lo largo de la Vuelta, captando la atención nacional e internacional, lo que ha llevado a un número creciente de comentarios desde el ámbito político.
Las reacciones políticas han sido diversas tras el aumento de las manifestaciones. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a calificar a los manifestantes de "cobardes" y "antisemitas", acusándolos de "odiar éxitos españoles". Esta postura ha generado críticas y un debate amplio sobre la libertad de expresión y el derecho a protestar. Por otra parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha garantizado la seguridad de la carrera con un despliegue de Guardia Civil y Policía Nacional, subrayando también la legitimidad de las protestas en un contexto democrático.
Adicionalmente, un colectivo de docentes se ha encerrado en el Círculo de Bellas Artes en Madrid, exigiendo un embargo inmediato de armas a Israel y un posicionamiento claro del Gobierno español. Esta acción se produce en un momento donde el Ejecutivo está considerando nuevas medidas para acelerar el embargo de armas a Israel, en respuesta a las críticas sobre la continuidad de contratos de armamento en medio del conflicto en Gaza. La situación en la Vuelta Ciclista se ha convertido en un reflejo de una problemática mayor en la sociedad española en torno a la política internacional y el conflicto israelí-palestino.
Los organizadores de la Vuelta cancelaron el final de la etapa en Bilbao, indicando que se tomarían los tiempos de competición a tres kilómetros de la línea de meta, lo que significa que no se declararía un ganador de la etapa y se otorgarían puntos únicamente en otras categorías. Esta decisión se tomó tras una serie de previas protestas que señalaban la presencia del equipo israelí en la competición como un acto de "blanqueo" de la política israelí en un contexto de conflicto. La situación fue tensa, pues algunos ciclistas han expresado temor por su seguridad debido a las manifestaciones, que se tornaron masivas y, en algunos casos, desbordaron a las fuerzas de seguridad.
El viernes 5 de septiembre, nuevas protestas marcaron la salida de la décimotercera etapa en Cabezón de la Sal, donde los manifestantes exigieron la expulsión del equipo israelí de la competición. Durante esta jornada, se escucharon gritos de “Israel genocida” y se levantaron banderas palestinas, en una cacerolada organizada que resonó en el ambiente. El director del equipo Israel-Premier Tech, Óscar Guerrero, reiteró que el grupo no tiene intención de abandonar la carrera, a pesar del rechazo social que enfrentan. Las protestas ya se han convertido en un fenómeno sostenible a lo largo de la Vuelta, captando la atención nacional e internacional, lo que ha llevado a un número creciente de comentarios desde el ámbito político.
Las reacciones políticas han sido diversas tras el aumento de las manifestaciones. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a calificar a los manifestantes de "cobardes" y "antisemitas", acusándolos de "odiar éxitos españoles". Esta postura ha generado críticas y un debate amplio sobre la libertad de expresión y el derecho a protestar. Por otra parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha garantizado la seguridad de la carrera con un despliegue de Guardia Civil y Policía Nacional, subrayando también la legitimidad de las protestas en un contexto democrático.
Adicionalmente, un colectivo de docentes se ha encerrado en el Círculo de Bellas Artes en Madrid, exigiendo un embargo inmediato de armas a Israel y un posicionamiento claro del Gobierno español. Esta acción se produce en un momento donde el Ejecutivo está considerando nuevas medidas para acelerar el embargo de armas a Israel, en respuesta a las críticas sobre la continuidad de contratos de armamento en medio del conflicto en Gaza. La situación en la Vuelta Ciclista se ha convertido en un reflejo de una problemática mayor en la sociedad española en torno a la política internacional y el conflicto israelí-palestino.