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La salida de los judíos ultraortodoxos Judaísmo Unido de la Torá pone en jaque al gobierno de Netanyahu en un contexto de guerra.

La disputa sobre el reclutamiento militar obligatorio para haredíes lleva a un debilitamiento significativo del mandatario israelí.

Publicado: 15 de julio de 2025, 12:11

El gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se enfrenta a una crisis profunda tras la salida del partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá (UTJ) de la coalición gubernamental. Este acontecimiento se produce en un momento crítico, ya que Israel libra una guerra en Gaza, lo que aumenta la vulnerabilidad del gobierno.

La decisión del UTJ de abandonar tanto el ejecutivo como la coalición fue anunciada tras semanas de tensión por la controversia relacionada con el reclutamiento militar obligatorio de los jóvenes haredíes que estudian en yeshivás. El conflicto se centra en la incapacidad del gobierno para aprobar una ley que permita a los judíos ultrarreligiosos evitar el servicio militar obligatorio, tras la expiración en julio de 2023 de la última disposición temporal que concedía estas exenciones. La facción Degel HaTorá del UTJ fue la primera en comunicar formalmente su decisión, acusando al gobierno de intentar "aumentar las dificultades de la vida de los estudiantes de la Torá".

La polémica se intensificó después de que el Tribunal Supremo ordenara en junio de 2024 que los miembros de la comunidad haredi deben ser reclutados, obligando al gobierno a proponer una nueva legislación que mantendría las exenciones para muchos, pero incluiría el alistamiento de algunos estudiantes. Sin embargo, esta iniciativa ha permanecido bloqueada en el Parlamento, lo que ha exacerbado el descontento dentro de la coalición.

El impacto de esta ruptura se ve aún más acentuado considerando que Netanyahu cuenta ahora con una escasa mayoría de un solo escaño en el Parlamento. En caso de que el otro partido ultraortodoxo, Shas, decida seguir los pasos del UTJ, la coalición bajaría a 50 escaños, poniendo en grave riesgo la continuidad del Ejecutivo. Este contexto no solo refleja las tensiones dentro de la coalición, sino que también replantea la relación entre judíos laicos y ortodoxos en Israel, un tema que ha generado históricamente profundos desacuerdos en el país. Además, la movilización de reservistas y el reclutamiento de jóvenes de la comunidad haredi han generado un debate intenso dentro de la sociedad israelí, donde un 85% de los judíos apoya la modificación de la ley del reclutamiento.