Progresista 35%Conservador 65%
La prohibición del burkini en Ripoll desata una controversia política y social en Cataluña sobre derechos y seguridad
La alcaldesa Sílvia Orriols defiende su decisión con motivos de seguridad, mientras el Govern y opositores la acusan de racismo y xenofobia.
Publicado: 24 de julio de 2025, 20:13
La decisión de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, de prohibir el uso del burkini en las piscinas municipales ha generado una intensa controversia en Cataluña. Orriols, miembro del partido Aliança Catalana, ha justificado esta medida argumentando que el burkini puede dificultar el trabajo de los socorristas y representar un riesgo en caso de emergencias. Sin embargo, esta decisión ha sido interpretada por muchos como un ataque hacia la comunidad islámica y un reflejo de la creciente islamofobia en la política catalana.
El president de la Generalitat, Salvador Illa, ha cuestionado las intenciones de Orriols en el Parlament, acusándola de ignorar las realidades que enfrentan las mujeres en Gaza y criticando la retórica que utiliza. Las críticas también provienen de colectivos antirracistas, que ven la prohibición como una discriminación, argumentando que los burkinis cumplen con normas de seguridad e higiene.
La población de Ripoll, con un 22% de residentes foráneos, está dividida respecto a la medida. Algunos apoyan la decisión en defensa de los valores locales, mientras que otros la ven como estigmatización hacia las mujeres musulmanas. La situación se complica con el anuncio de Orriols de ser multada por el Govern, lo que aviva un debate sobre la diversidad e inclusión en la política y sociedad catalana.
El president de la Generalitat, Salvador Illa, ha cuestionado las intenciones de Orriols en el Parlament, acusándola de ignorar las realidades que enfrentan las mujeres en Gaza y criticando la retórica que utiliza. Las críticas también provienen de colectivos antirracistas, que ven la prohibición como una discriminación, argumentando que los burkinis cumplen con normas de seguridad e higiene.
La población de Ripoll, con un 22% de residentes foráneos, está dividida respecto a la medida. Algunos apoyan la decisión en defensa de los valores locales, mientras que otros la ven como estigmatización hacia las mujeres musulmanas. La situación se complica con el anuncio de Orriols de ser multada por el Govern, lo que aviva un debate sobre la diversidad e inclusión en la política y sociedad catalana.