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La Policía Metropolitana de Londres sanciona a nueve agentes por actitudes racistas reveladas en un reportaje encubierto de la BBC
Un periodista infiltrado expone comportamientos inaceptables que incluyen incitar a disparar contra inmigrantes y desatender denuncias de violación.
Publicado: 2 de octubre de 2025, 12:18
La Policía Metropolitana de Londres enfrenta serias acusaciones de racismo, misoginia e islamofobia tras la difusión de un impactante reportaje encubierto de la BBC. Un periodista de esta cadena, Rory Bibb, pasó siete meses infiltrado en la comisaría de Charing Cross, donde descubrió un ambiente de hostilidad y desprecio hacia los inmigrantes. En sus grabaciones, se escuchan a varios policías incitando a usar la fuerza letal contra inmigrantes, además de desoír denuncias graves como la de violaciones.
El comisario de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, presentó disculpas públicas, calificando el comportamiento de los agentes como “repugnante y delictivo”. Este escándalo no es aislado; la institución ha sido objeto de crítica constante en los últimos años, especialmente tras el caso de Sarah Everard. Están suspendidos nueve policías y un miembro del personal, mientras que otros dos han sido retirados de la primera línea. Rowley expresó su pesar al referirse a este “legado tóxico” y a la necesidad de una “estrategia contra la corrupción” sin precedentes en la historia de la Met.
La indignación es palpable, y los detalles del reportaje han revelado un problema endémico dentro de la Policía Metropolitana que puede tardar años en resolverse. Rowley y otros líderes de la fuerza insisten en que su misión es cambiar la percepción pública y reformar la conducta de sus agentes, aunque la tarea se presenta monumental frente a la magnitud de los casos que han salido a la luz.
El comisario de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, presentó disculpas públicas, calificando el comportamiento de los agentes como “repugnante y delictivo”. Este escándalo no es aislado; la institución ha sido objeto de crítica constante en los últimos años, especialmente tras el caso de Sarah Everard. Están suspendidos nueve policías y un miembro del personal, mientras que otros dos han sido retirados de la primera línea. Rowley expresó su pesar al referirse a este “legado tóxico” y a la necesidad de una “estrategia contra la corrupción” sin precedentes en la historia de la Met.
La indignación es palpable, y los detalles del reportaje han revelado un problema endémico dentro de la Policía Metropolitana que puede tardar años en resolverse. Rowley y otros líderes de la fuerza insisten en que su misión es cambiar la percepción pública y reformar la conducta de sus agentes, aunque la tarea se presenta monumental frente a la magnitud de los casos que han salido a la luz.