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La polémica rutina de trabajo de la primera ministra de Japón genera debate sobre la salud y la cultura laboral en el país
Sanae Takaichi revela su escaso tiempo de sueño y destaca la necesidad de un equilibrio entre la vida laboral y personal.
Publicado: 14 de noviembre de 2025, 20:59
La nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, ha encendido un debate en la sociedad japonesa al revelar su sorprendente rutina de trabajo, que incluye dormir solo entre dos y cuatro horas al día. Durante una reciente reunión, Takaichi hizo eco de sus preocupaciones sobre su salud y la necesidad de equilibrar las cargas laborales en un país donde las jornadas laborales son excesivas.
Esta polémica se produce en un contexto donde Japón enfrenta un grave problema relacionado con el exceso de horas de trabajo, que ha llevado a la muerte de miles de trabajadores por 'karoshi'. Las declaraciones de Takaichi resaltan la profunda tensión entre las expectativas laborales tradicionales y la necesidad de un equilibrio entre la vida y el trabajo, un dilema que, aunque personal para la primera ministra, tiene resonancias en toda la nación japonesa.
La primera ministra ha declarado su intención de priorizar la salud de los trabajadores en cualquier cambio laboral que se implante. Sin embargo, algunos temen que su estilo de trabajo podría sentar un precedente peligroso, demandando aún más horas de trabajo para fomentar el crecimiento económico.
Esta polémica se produce en un contexto donde Japón enfrenta un grave problema relacionado con el exceso de horas de trabajo, que ha llevado a la muerte de miles de trabajadores por 'karoshi'. Las declaraciones de Takaichi resaltan la profunda tensión entre las expectativas laborales tradicionales y la necesidad de un equilibrio entre la vida y el trabajo, un dilema que, aunque personal para la primera ministra, tiene resonancias en toda la nación japonesa.
La primera ministra ha declarado su intención de priorizar la salud de los trabajadores en cualquier cambio laboral que se implante. Sin embargo, algunos temen que su estilo de trabajo podría sentar un precedente peligroso, demandando aún más horas de trabajo para fomentar el crecimiento económico.