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La ofensiva del M23 en Congo deja más de 400 muertos y captura la estratégica ciudad de Uvira a pesar del acuerdo de paz
La situación se vuelve crítica en el este de República Democrática del Congo, con temores de expansión del conflicto hacia Burundi tras la reciente captura de Uvira.
Publicado: 13 de diciembre de 2025, 22:53
El grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda, ha capturado la estratégica ciudad de Uvira en la República Democrática del Congo, una semana después de que se firmara un acuerdo de paz entre los presidentes de Ruanda y la RDC en Washington. Esta ofensiva ha resultado en más de 400 civiles muertos y ha generado una crisis humanitaria que podría extenderse hacia el vecino Burundi, debido a la proximidad geográfica y la intensificación del conflicto.
La toma de Uvira representa un momento significativo en el conflicto que ha asolado esta región durante décadas, afectando tanto al comercio como a la estabilidad regional. A pesar del acuerdo de paz mediado por Estados Unidos, las hostilidades han continuado, con acusaciones de Ruanda de apoyar al M23 y violar el alto el fuego. La situación es alarmante, con miles de congoleños huyendo a áreas más seguras mientras enfrentan graves condiciones humanitarias.
El conflicto tiene raíces profundas vinculadas al genocidio ruandés de 1994 y está marcado por la lucha por el control de los recursos minerales. La comunidad internacional ha urgido a todas las partes a desescalar la situación y cumplir con los términos del acuerdo de paz, mientras que la ONU reporta hasta 7 millones de personas desplazadas.
La toma de Uvira representa un momento significativo en el conflicto que ha asolado esta región durante décadas, afectando tanto al comercio como a la estabilidad regional. A pesar del acuerdo de paz mediado por Estados Unidos, las hostilidades han continuado, con acusaciones de Ruanda de apoyar al M23 y violar el alto el fuego. La situación es alarmante, con miles de congoleños huyendo a áreas más seguras mientras enfrentan graves condiciones humanitarias.
El conflicto tiene raíces profundas vinculadas al genocidio ruandés de 1994 y está marcado por la lucha por el control de los recursos minerales. La comunidad internacional ha urgido a todas las partes a desescalar la situación y cumplir con los términos del acuerdo de paz, mientras que la ONU reporta hasta 7 millones de personas desplazadas.