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La ofensiva de Ucrania contra la industria energética rusa y la respuesta de Moscú a los ataques con drones
Los intensos ataques ucranianos a refinerías han desatado una crisis energética en Rusia, que responde derribando numerosos drones en una sola noche.
Publicado: 8 de octubre de 2025, 13:48
En el contexto de la guerra entre Ucrania y Rusia, los recientes ataques ucranianos a instalaciones petroleras rusas han intensificado la crisis energética en el país invasor. Desde principios de agosto, las oleadas de drones lanzadas por Ucrania han impactado significativamente en las refinerías rusas, causando un aumento dramático en los precios de la gasolina y una escasez que ha llevado a las autoridades a imponer racionamientos y cerrar estaciones de servicio. Esta estrategia, impulsada por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, busca afectar la logística y producción de energía del ejército ruso y debilitar la moral de la población rusa.
En respuesta a la presión de estos ataques, las fuerzas rusas han reportado haber derribado 251 drones ucranianos en una sola noche. Este aumento en los enfrentamientos aéreos refleja la creciente audacia de Ucrania, que busca golpear objetivos estratégicos dentro de Rusia, incluyendo intentos de desestabilizar la seguridad en Crimea. La estrategia de ataques con drones está diseñada no solo para paralizar la producción energética, sino también para desmoralizar al país invasor.
Las autoridades rusas han tenido que negar la magnitud de la crisis energética en su país, mientras buscan mitigar daños. Aunque expertos advierten sobre riesgos crecientes que podrían afectar la capacidad de Rusia para mantener su esfuerzo bélico, se considera improbable un colapso inmediato de la economía rusa.
En respuesta a la presión de estos ataques, las fuerzas rusas han reportado haber derribado 251 drones ucranianos en una sola noche. Este aumento en los enfrentamientos aéreos refleja la creciente audacia de Ucrania, que busca golpear objetivos estratégicos dentro de Rusia, incluyendo intentos de desestabilizar la seguridad en Crimea. La estrategia de ataques con drones está diseñada no solo para paralizar la producción energética, sino también para desmoralizar al país invasor.
Las autoridades rusas han tenido que negar la magnitud de la crisis energética en su país, mientras buscan mitigar daños. Aunque expertos advierten sobre riesgos crecientes que podrían afectar la capacidad de Rusia para mantener su esfuerzo bélico, se considera improbable un colapso inmediato de la economía rusa.