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La nueva normativa europea sobre inteligencia artificial entra en vigor, afectando a 25 empresas del sector tecnológico
La legislación exige el cumplimiento de normas específicas y prevé sanciones a las compañías que no se adhieran adecuadamente.
Publicado: 2 de agosto de 2025, 18:59
Este 2 de agosto de 2025 ha entrado en vigor la nueva normativa europea respecto al uso de la inteligencia artificial (IA) en el continente. Esta legislación, impulsada por la Comisión Europea, representa la primera normativa oficial relacionada con la IA en Europa y ha sido aceptada por 25 empresas del sector tecnológico, incluidas Google, Amazon, y Microsoft. La falta de firmas de gigantes como Meta y Alibaba ha generado dudas sobre la eficacia de la normativa.
Entre los aspectos relevantes de esta regulación se encuentran los códigos de buenas prácticas que deben seguir los proveedores de IA generativa, incluyendo la obligación de indicar que los contenidos han sido elaborados por IA, especificar las fuentes de datos utilizadas, y llevar a cabo un control exhaustivo de los contenidos generados. Las sanciones por incumplimiento pueden alcanzar 35 millones de euros o el 7% del volumen de negocio del año anterior. Las compañías tendrán un plazo de adaptación de dos años, hasta el 2 de agosto de 2027.
Esta legislación no solo regula la IA generativa, sino que se alinea con otras legislaciones europeas, lo que ha suscitado interés en Estados Unidos. Además, se han señalado nuevos desarrollos en la tecnología educativa, como el uso de Inteligencia Artificial en herramientas para profesores, que facilitan la preparación de clases, destacando la startup Ignite Copilot, que ya cuenta con 14.000 docentes utilizando su sistema en España. Esta medida subraya la creciente integración de la IA en diversos campos, incluyendo la educación.
Además, los expertos alertan sobre los riesgos relacionados con la cesión de datos personales impulsada por el uso de la IA. Recientemente, se han identificado problemas relacionados con la manipulación y el uso negligente de imágenes personales que pueden ser explotadas por sistemas de inteligencia artificial. La normativa también responde a la necesidad de un control más riguroso sobre la privacidad de los datos que se manejan en el sector tecnológico. Tales desarrollos colocan una presión adicional sobre las empresas para que cumplan con las nuevas exigencias y eviten sanciones severas.
Esta legislación se prevé que genere cambios significativos en la forma en que las empresas tecnológicas operan en el ámbito de la inteligencia artificial, estableciendo obligaciones claras y medidas preventivas que abordan problemas potenciales relacionados con la tecnología.
Entre los aspectos relevantes de esta regulación se encuentran los códigos de buenas prácticas que deben seguir los proveedores de IA generativa, incluyendo la obligación de indicar que los contenidos han sido elaborados por IA, especificar las fuentes de datos utilizadas, y llevar a cabo un control exhaustivo de los contenidos generados. Las sanciones por incumplimiento pueden alcanzar 35 millones de euros o el 7% del volumen de negocio del año anterior. Las compañías tendrán un plazo de adaptación de dos años, hasta el 2 de agosto de 2027.
Esta legislación no solo regula la IA generativa, sino que se alinea con otras legislaciones europeas, lo que ha suscitado interés en Estados Unidos. Además, se han señalado nuevos desarrollos en la tecnología educativa, como el uso de Inteligencia Artificial en herramientas para profesores, que facilitan la preparación de clases, destacando la startup Ignite Copilot, que ya cuenta con 14.000 docentes utilizando su sistema en España. Esta medida subraya la creciente integración de la IA en diversos campos, incluyendo la educación.
Además, los expertos alertan sobre los riesgos relacionados con la cesión de datos personales impulsada por el uso de la IA. Recientemente, se han identificado problemas relacionados con la manipulación y el uso negligente de imágenes personales que pueden ser explotadas por sistemas de inteligencia artificial. La normativa también responde a la necesidad de un control más riguroso sobre la privacidad de los datos que se manejan en el sector tecnológico. Tales desarrollos colocan una presión adicional sobre las empresas para que cumplan con las nuevas exigencias y eviten sanciones severas.
Esta legislación se prevé que genere cambios significativos en la forma en que las empresas tecnológicas operan en el ámbito de la inteligencia artificial, estableciendo obligaciones claras y medidas preventivas que abordan problemas potenciales relacionados con la tecnología.