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La Navidad en Gaza: El Patriarca Pizzaballa celebra misa y resalta la esperanza en tiempos de adversidad
En medio de la pobreza y el conflicto, la comunidad cristiana de Gaza vive una Navidad marcada por la fe y el compromiso social.
Publicado: 23 de diciembre de 2025, 11:23
La Navidad en Gaza se ha convertido en un símbolo de esperanza y resistencia, a pesar de las adversidades que enfrenta la comunidad cristiana en la región. El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, visitó la parroquia de la Sagrada Familia para celebrar la misa de Navidad, un evento de gran significado para los pocos cristianos que permanecen en la Franja, en un contexto marcado por la violencia y la inseguridad.
Durante su visita, Pizzaballa mostró su cercanía a los cristianos y musulmanes que participan en diversas obras sociales y educativas que la Iglesia lleva a cabo en Gaza. A pesar de la disminución de la violencia, más de un millón y medio de personas enfrentan niveles extremos de inseguridad alimentaria, según informes de Naciones Unidas. La misa en la única iglesia católica de la Franja arribó en un momento crítico, con la comunidad cristiana desplazada y vulnerable, donde la mayoría son greco-ortodoxos y solo unos 180 católicos permanecen.
Pizzaballa instó a sus feligreses a no rendirse, afirmando que la vida continúa a pesar de las adversidades, enfatizando el compromiso de la comunidad a reconstruir sus vidas. La misa se convierte en un acto de solidaridad y un recordatorio de que, incluso en medio de la oscuridad, hay espacio para la luz de la esperanza. Su mensaje resonó en un entorno donde la destrucción es visible y las necesidades son urgentes, pero la fe y la esperanza prevalecen.
Durante su visita, Pizzaballa mostró su cercanía a los cristianos y musulmanes que participan en diversas obras sociales y educativas que la Iglesia lleva a cabo en Gaza. A pesar de la disminución de la violencia, más de un millón y medio de personas enfrentan niveles extremos de inseguridad alimentaria, según informes de Naciones Unidas. La misa en la única iglesia católica de la Franja arribó en un momento crítico, con la comunidad cristiana desplazada y vulnerable, donde la mayoría son greco-ortodoxos y solo unos 180 católicos permanecen.
Pizzaballa instó a sus feligreses a no rendirse, afirmando que la vida continúa a pesar de las adversidades, enfatizando el compromiso de la comunidad a reconstruir sus vidas. La misa se convierte en un acto de solidaridad y un recordatorio de que, incluso en medio de la oscuridad, hay espacio para la luz de la esperanza. Su mensaje resonó en un entorno donde la destrucción es visible y las necesidades son urgentes, pero la fe y la esperanza prevalecen.