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La lucha por la oficialidad del catalán en la UE: avances y obstáculos en 2025
El gobierno español intensifica esfuerzos en la UE mientras enfrenta obstáculos en su búsqueda de reconocimiento para el catalán.
Publicado: 16 de diciembre de 2025, 18:48
En un contexto donde el catalán aún no es lengua oficial en la Unión Europea, el gobierno español ha intensificado sus gestiones para promover su uso en diversas instituciones europeas. A pesar de los intentos, la oficialidad del catalán sigue siendo un ambicioso objetivo que enfrenta significativos desafíos políticos. Durante la presente legislatura, han habido doce intervenciones en catalán dentro de diferentes órganos de la UE, encabezadas por figuras clave del gobierno catalán.
Sin embargo, los esfuerzos no se traducen en avances concretos hacia la oficialidad del catalán. Recientes reuniones revelan que el tema del reconocimiento del catalán no está en la agenda, aumentando la incertidumbre respecto a su futuro. Las autoridades españolas admiten que alcanzar la oficialidad requiere consenso entre todos los estados miembros, y aunque hay progresos, surgen bloqueos diplomáticos. La última vez que se trató el tema formalmente fue en julio de 2025, con la presidencia danesa, sin que se previera discusión hasta alcanzar unanimidad.
El futuro del catalán en la UE dependerá de continuos esfuerzos diplomáticos y del deseo de los estados miembros de facilitar un cambio que, aunque esperanzador, está lejos de ser inmediato.
Sin embargo, los esfuerzos no se traducen en avances concretos hacia la oficialidad del catalán. Recientes reuniones revelan que el tema del reconocimiento del catalán no está en la agenda, aumentando la incertidumbre respecto a su futuro. Las autoridades españolas admiten que alcanzar la oficialidad requiere consenso entre todos los estados miembros, y aunque hay progresos, surgen bloqueos diplomáticos. La última vez que se trató el tema formalmente fue en julio de 2025, con la presidencia danesa, sin que se previera discusión hasta alcanzar unanimidad.
El futuro del catalán en la UE dependerá de continuos esfuerzos diplomáticos y del deseo de los estados miembros de facilitar un cambio que, aunque esperanzador, está lejos de ser inmediato.