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La inflación en la eurozona se estabiliza en julio en el 2%, alineándose con los objetivos del BCE y manteniendo perspectivas optimistas.
La estabilidad de los precios en julio se atribuye a la caída de los precios de la energía y a la moderación en los salarios.
Publicado: 1 de agosto de 2025, 12:17
En julio de 2025, la inflación de la eurozona se mantuvo estable en una tasa interanual del 2%, cifra que coincide con los objetivos establecidos por el Banco Central Europeo (BCE). Esta estabilidad ha sido favorecida por la contención de precios en varios sectores, especialmente en el de la energía, que ha presentado una disminución del 2,5% en comparación con el año anterior. Por componentes, los alimentos, el alcohol y el tabaco mostraron la mayor tasa de inflación interanual, alcanzando un 3,3%.
El informe también indica que la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles, se mantuvo en un 2,4%. A pesar de esta estabilidad, se identifican discrepancias en las tasas de inflación entre países de la eurozona; Estonia reportó la mayor inflación con un 5,6%, mientras que Finlandia, Alemania e Irlanda presentaron tasas por debajo del promedio. Expertos destacan que, aunque el entorno inflacionario parece benigno a corto plazo, existen dudas sobre la durabilidad de esta estabilidad en el largo plazo.
La información se respalda por datos de Eurostat, asegurando la precisión de la misma. Esta perspectiva permite al BCE tener mayor confianza en su gestión, aunque el futuro sigue generando interrogantes.
El informe también indica que la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles, se mantuvo en un 2,4%. A pesar de esta estabilidad, se identifican discrepancias en las tasas de inflación entre países de la eurozona; Estonia reportó la mayor inflación con un 5,6%, mientras que Finlandia, Alemania e Irlanda presentaron tasas por debajo del promedio. Expertos destacan que, aunque el entorno inflacionario parece benigno a corto plazo, existen dudas sobre la durabilidad de esta estabilidad en el largo plazo.
La información se respalda por datos de Eurostat, asegurando la precisión de la misma. Esta perspectiva permite al BCE tener mayor confianza en su gestión, aunque el futuro sigue generando interrogantes.