La Generalitat de Cataluña enfrenta un nuevo escándalo de pederastia mientras se cuestionan sus protocolos de protección infantil

En Cataluña, el sistema de protección infantil se encuentra en el centro de un escándalo tras el descubrimiento de una macrored de pederastia que ha dejado al descubierto las serias deficiencias en los protocolos de la Generalitat para proteger a los menores tutelados. El 'caso Trinity', destapado en 2015, reveló una vasta red de explotación sexual en la que se encontraron casi un centenar de víctimas, incluidos menores bajo tutela oficial. A pesar de que se implementaron medidas para prevenir abusos, como la figura del delegado de protección, la realidad demuestra que estas estrategias han sido insuficientes, evidenciado por el reciente caso 'Damocles'.

La investigación del 'caso Trinity' concluyó con la detención de varios agresores, poniendo en tela de juicio la efectividad de la respuesta institucional. Se ha reconocido que el sistema no solo tiene problemas de identificación y detención de abusadores, sino que también enfrenta un profundo cuestionamiento sobre su estructura y las medidas preventivas adoptadas. Las autoridades catalanas han admitido que el sistema no ha funcionado adecuadamente, dejando vulnerables a los menores en riesgo.

Simultáneamente, el caso Damocles ha resaltado el problema de la explotación de menores en centros de acogida, lo que llevó a la Generalitat a abrir un expediente informativo. Las similitudes entre ambos casos son alarmantes y los críticos resaltan la falta de recursos suficientes para afrontar estas realidades complejas. Se han convocado comisiones de investigación para esclarecer las deficiencias en la gestión de la DGAIA y buscar soluciones efectivas para evitar estos escándalos en el futuro.