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La exposición "Reflejos. Picasso x Barceló" une la cerámica contemporánea y arqueológica en el Museo de Almería
La muestra alberga más de 100 cerámicas que dialogan entre sí y con el pasado histórico de la región.
Publicado: 17 de diciembre de 2025, 21:12
La exposición "Reflejos. Picasso x Barceló", que se inauguró en el Museo de Almería y estará abierta hasta el 15 de marzo de 2026, destaca la conexión entre las obras de los célebres artistas Pablo Picasso y Miquel Barceló a través de la cerámica, combinando piezas contemporáneas con otras de valor arqueológico. Esta fusión no solo resalta el diálogo entre el arte moderno y antiguo, sino que también permite a los visitantes experimentar cómo estas obras, a pesar de las eras distintas, pueden compartir un lenguaje común.
En la creación de esta muestra, Barceló tomó un enfoque innovador, restableciendo la disposición de las piezas para que el público no pudiera discernir su antigüedad o autoría, recorriendo la colección del museo junto a Bernard Ruiz-Picasso en busca de artefactos que él describió como "un tesoro escondido". La exposición cuenta con 36 cerámicas de Picasso, 58 de Barceló y más de 30 piezas arqueológicas, incluyendo una vasija de más de 7,000 años de antigüedad, y busca lograr una simbiosis entre las obras para que el espectador sintiera que todas pudieron haber sido creadas por las mismas manos.
Un elemento destacado de la muestra es el "pesebre-teatro" creado por Barceló, donde las figuras que componen la Natividad son una mezcla de elementos históricos y contemporáneos. La exposición es parte de un proyecto curatorial más amplio que busca conectar a Picasso con otros artistas contemporáneos, invitando a explorar el arte desde una perspectiva que trasciende las barreras temporales y culturales, celebrando la creatividad humana en sus múltiples manifestaciones.
En la creación de esta muestra, Barceló tomó un enfoque innovador, restableciendo la disposición de las piezas para que el público no pudiera discernir su antigüedad o autoría, recorriendo la colección del museo junto a Bernard Ruiz-Picasso en busca de artefactos que él describió como "un tesoro escondido". La exposición cuenta con 36 cerámicas de Picasso, 58 de Barceló y más de 30 piezas arqueológicas, incluyendo una vasija de más de 7,000 años de antigüedad, y busca lograr una simbiosis entre las obras para que el espectador sintiera que todas pudieron haber sido creadas por las mismas manos.
Un elemento destacado de la muestra es el "pesebre-teatro" creado por Barceló, donde las figuras que componen la Natividad son una mezcla de elementos históricos y contemporáneos. La exposición es parte de un proyecto curatorial más amplio que busca conectar a Picasso con otros artistas contemporáneos, invitando a explorar el arte desde una perspectiva que trasciende las barreras temporales y culturales, celebrando la creatividad humana en sus múltiples manifestaciones.