Progresista 75%Conservador 25%
La COP30 en Brasil cierra un acuerdo tímido sin compromisos claros sobre combustibles fósiles, refleja divisiones globales
A pesar de las expectativas, el acuerdo final de la cumbre no incluye una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles, generando preocupación.
Publicado: 23 de noviembre de 2025, 12:44
La COP30, celebrada recientemente en Belém, Brasil, ha culminado con un acuerdo que, aunque fue aprobado por consenso entre las naciones participantes, no incluye referencias específicas a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Este resultado revela profundas divisiones políticas y geopolíticas que podrían obstaculizar notablemente los esfuerzos para combatir el cambio climático. Más de 80 países, incluidos muchos de la Unión Europea, habían exigido una hoja de ruta clara para dejar atrás los combustibles fósiles, argumentando que su quema es la principal responsable del calentamiento global.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien también se dirigió a los líderes del G20 en Johannesburgo, celebró el carácter multilateral del consenso alcanzado, aunque enfatizó la urgencia de una respuesta coordinada a la crisis climática. Lula destacó que el G20, responsable de aproximadamente el 77% de las emisiones mundiales, debería liderar la creación de un plan para alejarse de los hidrocarburos. Sin embargo, este aspecto crítico fue dejado de lado en la declaración final de la COP30, lo que provocó una clara decepción entre muchos líderes y activistas.
Uno de los puntos destacados del acuerdo fue el compromiso de triplicar la financiación destinada a la adaptación de los países en desarrollo para 2035, una medida considerada insuficiente por muchos, que esperaban un compromiso más firme ante la creciente amenaza climática. La falta de claridad sobre cómo se implementarán estos fondos y las condiciones de su llegada han suscitado cautela entre analistas y ONG climáticas.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien también se dirigió a los líderes del G20 en Johannesburgo, celebró el carácter multilateral del consenso alcanzado, aunque enfatizó la urgencia de una respuesta coordinada a la crisis climática. Lula destacó que el G20, responsable de aproximadamente el 77% de las emisiones mundiales, debería liderar la creación de un plan para alejarse de los hidrocarburos. Sin embargo, este aspecto crítico fue dejado de lado en la declaración final de la COP30, lo que provocó una clara decepción entre muchos líderes y activistas.
Uno de los puntos destacados del acuerdo fue el compromiso de triplicar la financiación destinada a la adaptación de los países en desarrollo para 2035, una medida considerada insuficiente por muchos, que esperaban un compromiso más firme ante la creciente amenaza climática. La falta de claridad sobre cómo se implementarán estos fondos y las condiciones de su llegada han suscitado cautela entre analistas y ONG climáticas.