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La compleja y emotiva situación de Juana Rivas y su hijo ante la custodia compartida y la exposición mediática
La entrega del menor a su padre desata críticas sobre el manejo del proceso y los derechos del niño.
Publicado: 24 de julio de 2025, 07:12
La reciente entrega de Daniel Arcuri, un niño de 11 años, a su padre, Francesco Arcuri, ha puesto de relieve la complejidad y emotividad de su situación familiar. Juana Rivas, madre del menor, se ha visto envuelta en un conflicto legal que ha generado atención mediática y críticas sobre cómo se manejan estos procesos en España. La entrega debía ser cuidadosa y con consideración hacia los derechos del menor; no obstante, se ha informado que el evento se transformó en un espectáculo mediático, lo cual ha suscitado inquietudes sobre la intimidad y bienestar de Daniel.
El hijo mayor de Juana Rivas, Gabriel, ha presentado una querella contra su padre, acusándolo de coacciones y atentado contra la integridad moral, así como a la psicóloga presente durante la entrega. Gabriel, de 19 años, ha enviado una carta a varias instituciones donde narra el sufrimiento que él mismo padeció y solicita que se escuche la voz de su hermano, que ha expresado tener miedo de regresar a Italia. Durante el proceso de entrega, se informó que Daniel manifestó su negativa a irse con su padre, quien enfrenta un juicio pendiente en Italia por maltrato. Este hecho ha llevado a múltiples expertos a enfatizar la necesidad de priorizar el bienestar del niño por encima de la legalidad estricta.
Además, la Audiencia Provincial de Granada ha decidido investigar a Juana Rivas por un posible delito de sustracción de menores, a raíz de una denuncia presentada por Francesco Arcuri, donde se alega que Rivas no facilitó el regreso del niño a Italia, incumpliendo así la orden judicial. Ante el anuncio de la entrega, la comunidad de Maracena ha exigido al Gobierno español que se pronuncie sobre el caso y que se garantice la protección del menor. Mientras tanto, el Ministerio de Justicia está examinando una solicitud para suspender la entrega, que estaba programada para el viernes, tras un intento fallido el martes, cuando el niño se negó a irse y mostró signos de angustia durante el proceso. Un informe de la psicóloga que acompañó a Daniel durante la entrega ha confirmado que el niño expresó de forma vehemente su deseo de no regresar con su padre, temiendo por su seguridad. A medida que se acerca la fecha de la entrega, los esfuerzos para evitarlo se intensifican, incluyendo la intervención de instituciones que buscan salvaguardar el bienestar del menor. El debate continúa sobre cuál debe ser la prioridad: hacer cumplir la ley o proteger el bienestar de un niño que, en última instancia, solo desea una infancia en paz. En este contexto, la preocupación por el estado emocional y psicológico de Daniel es de suma importancia y será clave en la resolución de este polémico caso.
El hijo mayor de Juana Rivas, Gabriel, ha presentado una querella contra su padre, acusándolo de coacciones y atentado contra la integridad moral, así como a la psicóloga presente durante la entrega. Gabriel, de 19 años, ha enviado una carta a varias instituciones donde narra el sufrimiento que él mismo padeció y solicita que se escuche la voz de su hermano, que ha expresado tener miedo de regresar a Italia. Durante el proceso de entrega, se informó que Daniel manifestó su negativa a irse con su padre, quien enfrenta un juicio pendiente en Italia por maltrato. Este hecho ha llevado a múltiples expertos a enfatizar la necesidad de priorizar el bienestar del niño por encima de la legalidad estricta.
Además, la Audiencia Provincial de Granada ha decidido investigar a Juana Rivas por un posible delito de sustracción de menores, a raíz de una denuncia presentada por Francesco Arcuri, donde se alega que Rivas no facilitó el regreso del niño a Italia, incumpliendo así la orden judicial. Ante el anuncio de la entrega, la comunidad de Maracena ha exigido al Gobierno español que se pronuncie sobre el caso y que se garantice la protección del menor. Mientras tanto, el Ministerio de Justicia está examinando una solicitud para suspender la entrega, que estaba programada para el viernes, tras un intento fallido el martes, cuando el niño se negó a irse y mostró signos de angustia durante el proceso. Un informe de la psicóloga que acompañó a Daniel durante la entrega ha confirmado que el niño expresó de forma vehemente su deseo de no regresar con su padre, temiendo por su seguridad. A medida que se acerca la fecha de la entrega, los esfuerzos para evitarlo se intensifican, incluyendo la intervención de instituciones que buscan salvaguardar el bienestar del menor. El debate continúa sobre cuál debe ser la prioridad: hacer cumplir la ley o proteger el bienestar de un niño que, en última instancia, solo desea una infancia en paz. En este contexto, la preocupación por el estado emocional y psicológico de Daniel es de suma importancia y será clave en la resolución de este polémico caso.