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La Audiencia Nacional condena a ocho años de cárcel al fundador de Arbistar por estafar 200 millones a 32.000 inversores en criptomonedas

Santiago Fuentes Jover y su socio, Diego Felipe Fernández, han sido condenados por estafa y falsedad en documento privado, aunque otros cuatro acusados han sido absueltos.

Publicado: 17 de septiembre de 2025, 12:15

La Audiencia Nacional ha condenado a Santiago Fuentes Jover a ocho años de cárcel y a su socio Diego Felipe Fernández a seis, por haber estafado 200 millones de euros a 32.000 inversores mediante un sistema fraudulento que prometía altos retornos a través de criptomonedas. Aunque algunos coacusados fueron absueltos por falta de pruebas, se determinó que Fuentes Jover y Fernández usaron documentos falsos para engañar a los inversores.

Los condenados deben indemnizar a 9.494 víctimas que llevaron sus casos a juicio, debido a la responsabilidad civil establecida por el tribunal, deberán devolver a los afectados el valor de los bitcoins que entregaron a Arbistar, deduciendo cualquier cantidad que hayan recuperado. La sentencia también conlleva la clausura de la web de Arbistar, resaltando el impacto económico del fraude, considerado uno de los más significativos en el ámbito de las criptomonedas en España y que sienta un precedente en la protección del consumidor en esta área.

La seriedad de la pena refleja el enfoque severo de los tribunales españoles frente al fraude en criptoactivos y busca desalentar futuras estafas en el sector. Desde su creación en 2019, Arbistar promovió la captación de inversores, principalmente minoristas, a través de presentaciones y eventos públicos, los cuales fueron difundidos mediante YouTube, lo que ayudó a atraer a un gran número de personas a contratar productos de inversión en su plataforma. Las noticias coinciden en la gravedad y naturaleza del caso, destacando la importancia de una regulación efectiva en el ámbito de las criptomonedas. Los magistrados han rechazado también las acusaciones de organización criminal contra los fundadores, al no encontrar pruebas suficientes que lo sustenten.