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Japón avanza hacia la reactivación de la central nuclear Kashiwazaki-Kariwa a pesar del legado de Fukushima
La decisión de la prefectura de Niigata reanuda las operaciones de la mayor planta nuclear del mundo, generando dudas y protestas entre los ciudadanos.
Publicado: 31 de diciembre de 2025, 13:15
Japón ha tomado un paso decisivo hacia la reactivación de la central nuclear Kashiwazaki-Kariwa, que ha estado inactiva desde el desastre de Fukushima en 2011. La prefectura de Niigata ha dado luz verde para la reanudación parcial de esta planta, considerada la mayor del mundo, en un contexto de creciente demanda energética y la necesidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles. A partir de enero de 2026, se prevé que el reactor 6 de la planta comience a operar.
La asamblea local, bajo el liderazgo del gobernador Hideyo Hanazumi, ha respaldado esta reactivación, generando reacciones encontradas. Mientras algunos consideran este paso como necesario hacia la descarbonización, otros expresan su preocupación sobre la capacidad de TEPCO para manejar otra vez una instalación nuclear, dada su historia con el desastre de Fukushima. La decisión pone de manifiesto la tensión entre las necesidades energéticas y la memoria colectiva de la crisis nuclear.
A pesar de respaldos gubernamentales y una regulación más estricta, la comunidad local se mantiene dividida, con protestas de evacuados de Fukushima que cuestionan la competencia de TEPCO en la gestión del proyecto. Este debate refleja una lucha más amplia en Japón en torno a la energía, la seguridad y la confianza pública en las instituciones responsables de estas decisiones críticas.
La asamblea local, bajo el liderazgo del gobernador Hideyo Hanazumi, ha respaldado esta reactivación, generando reacciones encontradas. Mientras algunos consideran este paso como necesario hacia la descarbonización, otros expresan su preocupación sobre la capacidad de TEPCO para manejar otra vez una instalación nuclear, dada su historia con el desastre de Fukushima. La decisión pone de manifiesto la tensión entre las necesidades energéticas y la memoria colectiva de la crisis nuclear.
A pesar de respaldos gubernamentales y una regulación más estricta, la comunidad local se mantiene dividida, con protestas de evacuados de Fukushima que cuestionan la competencia de TEPCO en la gestión del proyecto. Este debate refleja una lucha más amplia en Japón en torno a la energía, la seguridad y la confianza pública en las instituciones responsables de estas decisiones críticas.