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Israel moviliza a decenas de miles de reservistas para una ofensiva en Gaza, en medio de tensiones políticas.
La oposición interna y las protestas marcan el inicio del servicio de reservistas ante una compleja operación militar en Gaza.
Publicado: 2 de septiembre de 2025, 12:29
Decenas de miles de reservistas israelíes comenzaron a presentarse al servicio este martes en el marco de un nuevo plan militar del Gobierno de Benjamín Netanyahu, que busca reforzar la ofensiva en Gaza. La movilización ocurre en un contexto de tensiones internas y crecientes críticas por parte de altos mandos militares. Se estima que entre 60,000 y 130,000 reservistas han sido convocados, aunque la cifra exacta varía según las fuentes. Además, las discrepancias entre altos funcionarios israelíes han salido a la luz durante las reuniones del gabinete de seguridad.
Este martes, cientos de reservistas israelíes se congregaron en Tel Aviv para anunciar que no seguirán combatiendo en lo que consideran una «guerra ilegal» contra la Franja de Gaza. «Somos más de 365 reservistas y seguimos sumando», dijo el sargento Max Kresch, quien destacó que se niegan a participar en la ofensiva como un deber patriótico.
Las condiciones de vida en Gaza se han deteriorado significativamente, con un alarmante aumento de muertes por desnutrición. Desde septiembre, el Ministerio de Salud de Gaza reportó que 185 personas murieron de hambre en agosto, la cifra más alta en meses. La situación es compleja, ya que Netanyahu defiende la ofensiva con respaldo estadounidense, mientras el presidente Trump expresa preocupación por el estado humanitario en Gaza, señalando que “pueden estar ganando la guerra, pero no están ganando en el mundo de las relaciones públicas”. Esto genera tensiones dentro del gobierno israelí y cuestionamientos sobre la estrategia militar.
El Ejército israelí ha señalado que esta ofensiva buscará concretar la ocupación total de Gaza, lo que podría requerir hasta 130,000 reservistas, según informes internos. A pesar de las movilizaciones, muchos reservistas ya están en el frente sin lograr avances significativos, lo que ha llevado a una crisis de confianza entre los altos mandos militares. Algunos militares han acusado a Netanyahu de boicotear acuerdos de tregua que habrían permitido liberar a los rehenes palestinos, de los cuales aún se estima que unos 20 siguen vivos. Netanyahu plantea esta nueva estrategia como un asalto final contra Hamas y una forma de presionar para poner fin a una guerra que se acerca a su segundo aniversario. Los reservistas que se oponen a acudir al servicio han organizado protestas en Tel Aviv, mientras que la población civil en Gaza continúa bajo un bloqueo generalizado de ayuda humanitaria y bombardeos constantes, lo que ha llevado a un deterioro de las condiciones de vida críticas en la región.
Este martes, cientos de reservistas israelíes se congregaron en Tel Aviv para anunciar que no seguirán combatiendo en lo que consideran una «guerra ilegal» contra la Franja de Gaza. «Somos más de 365 reservistas y seguimos sumando», dijo el sargento Max Kresch, quien destacó que se niegan a participar en la ofensiva como un deber patriótico.
Las condiciones de vida en Gaza se han deteriorado significativamente, con un alarmante aumento de muertes por desnutrición. Desde septiembre, el Ministerio de Salud de Gaza reportó que 185 personas murieron de hambre en agosto, la cifra más alta en meses. La situación es compleja, ya que Netanyahu defiende la ofensiva con respaldo estadounidense, mientras el presidente Trump expresa preocupación por el estado humanitario en Gaza, señalando que “pueden estar ganando la guerra, pero no están ganando en el mundo de las relaciones públicas”. Esto genera tensiones dentro del gobierno israelí y cuestionamientos sobre la estrategia militar.
El Ejército israelí ha señalado que esta ofensiva buscará concretar la ocupación total de Gaza, lo que podría requerir hasta 130,000 reservistas, según informes internos. A pesar de las movilizaciones, muchos reservistas ya están en el frente sin lograr avances significativos, lo que ha llevado a una crisis de confianza entre los altos mandos militares. Algunos militares han acusado a Netanyahu de boicotear acuerdos de tregua que habrían permitido liberar a los rehenes palestinos, de los cuales aún se estima que unos 20 siguen vivos. Netanyahu plantea esta nueva estrategia como un asalto final contra Hamas y una forma de presionar para poner fin a una guerra que se acerca a su segundo aniversario. Los reservistas que se oponen a acudir al servicio han organizado protestas en Tel Aviv, mientras que la población civil en Gaza continúa bajo un bloqueo generalizado de ayuda humanitaria y bombardeos constantes, lo que ha llevado a un deterioro de las condiciones de vida críticas en la región.