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Irán reitera su apertura a negociar con Estados Unidos, pero rechaza restricciones sobre misiles en medio de crecientes tensiones regionales.
Las declaraciones de Ali Larijani se producen en un contexto de reactivación de sanciones y un clima de alta tensión con Occidente.
Publicado: 2 de septiembre de 2025, 19:53
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Larijani, ha declarado que el camino para las negociaciones con Estados Unidos no está cerrado, aunque advierte que las exigencias de Washington sobre el programa de misiles son un impedimento significativo para el diálogo. Este contexto de tensiones ha aumentado desde que el E3 comenzó el proceso para reimponer sanciones a Irán por posible incumplimiento de su programa nuclear. A pesar de las ofertas de negociación, Irán ha rechazado las condiciones impuestas, considerándolas irrealizables.
Larijani enfatiza que Irán busca negociaciones racionales y no aceptará condiciones que limiten su capacidad defensiva, afirmando que su programa nuclear está orientado a usos civiles. Por su parte, las preocupaciones de Occidente sobre el avance militar de Irán como una amenaza a la seguridad regional persisten. La situación se ha complicado aún más por recientes conflictos y tensiones militares, especialmente entre Irán y Estados Unidos, contribuyendo a un clima de inestabilidad en la región.
La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de las negociaciones, esperando algún progreso hacia una resolución pacífica en medio de un entorno de creciente tensión geopolítica y desconfianza mutua entre las partes involucradas.
Larijani enfatiza que Irán busca negociaciones racionales y no aceptará condiciones que limiten su capacidad defensiva, afirmando que su programa nuclear está orientado a usos civiles. Por su parte, las preocupaciones de Occidente sobre el avance militar de Irán como una amenaza a la seguridad regional persisten. La situación se ha complicado aún más por recientes conflictos y tensiones militares, especialmente entre Irán y Estados Unidos, contribuyendo a un clima de inestabilidad en la región.
La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de las negociaciones, esperando algún progreso hacia una resolución pacífica en medio de un entorno de creciente tensión geopolítica y desconfianza mutua entre las partes involucradas.