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Investigaciones en Suiza sobre regalos a Trump por ejecutivos suizos generan sospechas de soborno
El fiscal general suizo deliberará si los obsequios tienen implicaciones legales en medio de negociaciones arancelarias con Estados Unidos.
Publicado: 27 de noviembre de 2025, 20:40
El escándalo que rodea a los obsequios recibidos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de parte de ejecutivos suizos está bajo consideración por el fiscal general de Suiza, Stefan Blätler. Durante un encuentro reciente, Trump recibió un lujoso reloj de mesa Rolex y un lingote de oro de un kilogramo de manos de algunos de los líderes más influyentes de las empresas suizas MSC, Rolex y Richemont. La reunión se llevó a cabo con el fin de respaldar los esfuerzos del Gobierno suizo para renegociar los aranceles elevados que Estados Unidos les había impuesto.
El impacto inmediato del encuentro fue notable, ya que poco tiempo después, el gobierno de Estados Unidos anunció la reducción de los derechos de aduana sobre las exportaciones suizas del 39% al 15%, igualándolos con los aranceles establecidos para la Unión Europea. La rápida acción posterior ha llevado a ciertos legisladores, particularmente del partido de los Verdes, a elevar la cuestión al fiscal general, argumentando que el valor de los regalos podría constituir una violación del Código Penal suizo.
Los parlamentarios, Raphaël Mahaim y Greta Gysin, han expresado su preocupación por la naturaleza de los obsequios, señalando que parecen superar el valor habitual de los regalos diplomáticos, que comúnmente oscilan entre unos cientos a algunos miles de francos suizos, no alcanzando cifras tan elevadas. De esta manera, han calificado la situación como una reminiscencia de prácticas feudales, donde los poderosos utilizan regalos desmedidos para ganarse la favorabilidad de quienes están en posiciones de poder.
El impacto inmediato del encuentro fue notable, ya que poco tiempo después, el gobierno de Estados Unidos anunció la reducción de los derechos de aduana sobre las exportaciones suizas del 39% al 15%, igualándolos con los aranceles establecidos para la Unión Europea. La rápida acción posterior ha llevado a ciertos legisladores, particularmente del partido de los Verdes, a elevar la cuestión al fiscal general, argumentando que el valor de los regalos podría constituir una violación del Código Penal suizo.
Los parlamentarios, Raphaël Mahaim y Greta Gysin, han expresado su preocupación por la naturaleza de los obsequios, señalando que parecen superar el valor habitual de los regalos diplomáticos, que comúnmente oscilan entre unos cientos a algunos miles de francos suizos, no alcanzando cifras tan elevadas. De esta manera, han calificado la situación como una reminiscencia de prácticas feudales, donde los poderosos utilizan regalos desmedidos para ganarse la favorabilidad de quienes están en posiciones de poder.