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Inicio de la exhumación de 796 bebés en Irlanda revela un oscuro capítulo de la historia católica del país

La operación busca recuperar y dar digna sepultura a los cuerpos de niños enterrados clandestinamente entre 1925 y 1961.

Publicado: 14 de julio de 2025, 12:13

Este lunes, Irlanda dio un paso significativo hacia la justicia histórica al iniciar la exhumación de 796 bebés enterrados en una fosa común en el antiguo hogar materno-infantil de las Hermanas del Buen Socorro, ubicado en Tuam, condado de Galway. Esta operación forense, que se prevé que dure dos años, se ha realizado bajo estrictas medidas de seguridad con un equipo multidisciplinario de arqueólogos y expertos forenses, y busca recuperar, identificar y dar un entierro digno a los cuerpos de los menores que fallecieron entre 1925 y 1961, en condiciones problemáticas y negligentes dentro de estas instituciones religiosas.

El descubrimiento de la fosa común se remonta a las investigaciones iniciadas por Catherine Corless en 2014, quien logró desenterrar la verdad a partir de documentos históricos que revelaban el trágico destino de estos niños. Catherine Corless, quien se inscribió en un curso nocturno de historia local en 2005, recordó cómo su investigación comenzó a indagar en la historia de la comunidad, llevándola a descubrir la ubicación de la fosa común en el antiguo tanque séptico del hogar. A pesar de ser desoída en sus inicios y enfrentarse a la marginación, Corless perseveró en su búsqueda de justicia para los menores. La excavación en Tuam se está llevando a cabo por un equipo internacional con estándares forenses rigurosos, enfrentando desafíos como la profundidad de los cuerpos y la contaminación medioambiental. La operación incluye la recogida de muestras de ADN para identificar a los niños, y se espera que se utilice maquinaria especializada durante las excavaciones en un área de más de 5.000 metros cuadrados.

El contexto histórico revela que en Irlanda, durante gran parte del siglo XX, las mujeres solteras que quedaban embarazadas eran socialmente estigmatizadas y muchas eran internadas en estos hogares religiosos, lo que condenaba a sus hijos a una infancia de abandono y desamparo. Investigaciones posteriores han sugerido que el número total de niños fallecidos en estas instituciones podría ser tan alto como 9.000, debido a la negligencia y falta de atención médica. Esta situación ha conmocionado a Irlanda y a su diáspora, representando un claro recordatorio de las heridas que aún persisten en la sociedad irlandesa respecto a su historia reciente. El proceso de exhumación es considerado por los familiares como un momento tanto de dolor como de esperanza, ya que buscan justicia y reconocimiento para los niños olvidados. Corless ha expresado su anhelo de que esta exhumación no solo ofrezca respuestas, sino que también restaure la dignidad en la muerte de estos niños, quienes fueron sometidos a un trato inhumano y olvidados por la sociedad. La atención mediática generada por esta exhumación ha reavivado el debate sobre el estigma social que enfrentaban los niños "ilegítimos" y sus familias.

Este proceso, comenzado después de años de reticencia y oposición, ha tenido un impacto profundo en la consciencia nacional, convirtiendo a Corless en un símbolo de justicia y esperanza en Irlanda.