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Incendios en España: Un desafío ambiental que revela el abandono rural y la oportunidad de la biomasa

La gestión de los bosques y la revitalización del campo son clave para enfrentar la crisis de incendios en el país.

Publicado: 8 de septiembre de 2025, 06:50

Los incendios que han asolado España durante el verano de 2025 han expuesto no solo la devastación ambiental, sino también el abandono y la falta de gestión de los montes en el país. En un contexto donde las llamas han arrasado extensas áreas, generando pérdidas humanas y materiales, los expertos coinciden en que este fenómeno no es simplemente un accidente natural, sino una manifestación del sistema socioeconómico actual y la respuesta inadecuada ante la crisis climática.

A medida que se registran cifras alarmantes, como la quema de más de 380.000 hectáreas solo en España, se hace evidente que la acumulación de materia orgánica, como restos leñosos y maleza, ha contribuido a la voracidad de los incendios. Este acúmulo se debe, en gran parte, al abandono del campo, donde la falta de incentivos económicos ha desplazado a la población joven hacia las ciudades. Según un análisis reciente, la magnitud del desastre se tradujo en un salto abrupto: de 40.000 hectáreas calcinadas se pasó a más de 380.000 en apenas unas semanas, con la pérdida de al menos ocho vidas, incluyendo bomberos y voluntarios. El artículo de El País resalta que estos incendios son expresiones de un sistema económico que prioriza el crecimiento y la ganancia a corto plazo, mientras que la inversión en prevención y gestión forestal ha disminuido drásticamente.

Por otro lado, el análisis de La Vanguardia identifica que la biomasa agroforestal puede ser una solución. La biomasa no solo podría ayudar a reducir la carga combustible en los bosques, sino que, al ser utilizada para producir biogás y combustibles renovables, tiene el potencial de generar empleo local en la recogida y transporte de residuos agrícolas. Ante este escenario, se hace un llamado a las autoridades para que impulsen proyectos que favorezcan la valorización de la biomasa, creando un ciclo económico que beneficie tanto al medio ambiente como a las comunidades locales. Con la adecuada gestión, la retirada de la vegetación acumulada en áreas de alto riesgo podría reducir la superficie quemada hasta en un 60%, lo que es crucial en el contexto de la despoblación rural.